Leer en voz alta
Eso de dar vida mediante la voz a un texto pensado en principio para ser leído de manera individual, en silencio, aún siendo muy habitual en otros sitios, aquí en casa no acaba de cuajar
Leer teatro después de haber visto la obra en cuestión representada produce el mismo efecto que escuchar el disco de un grupo al cual has visto tocar en vivo: a las imágenes de cosecha propia que te vienen a la cabeza mientras lees se suman las que viste en aquella ocasión en el teatro o en la sala de conciertos y se suman también las miradas que cruzaste con tus acompañantes, los comentarios que cruzasteis al salir…
Si eso pasa con el teatro y con la música, no es difícil imaginar que pueda pasar también con la narrativa. Con la poesía, que es un género que nos tiene más acostumbrados a la lectura en directo, no hace falta ni explicarlo, porque ya lo sabemos; vaya aquí una mención especial a los miércoles del Horiginal y al festival Barcelona Poesia, que llevan años haciendo subir al escenario a poetas, con gran éxito de público, además.
Lo pensaba estos días que, con motivo del aniversario de Dostoievski, se han organizado en distintos espacios de la ciudad lecturas en vivo de 'Crim i càstig', en traducción de Miquel Cabal, dentro del Festival Clàssics: eso de dar vida mediante la voz a un texto pensado en principio para ser leído de manera individual, en silencio, aún siendo muy habitual en otros sitios, aquí en casa no acaba de cuajar. Las librerías, aunque no paran de programar actos hablados, suelen apostar por los explicativos o que reflexionan a partir de textos escritos antes que proponer el formato más sencillo y, creo, el más directo: la simple lectura, página tras página, de una novela. Las hay que sí que han empezado a incorporar este formato en su programación: la Llibreria Finestres, por ejemplo, acogerá el próximo 25 de noviembre una sesión de lectura en voz alta compartida por Tina Vallès y Carolina Montoto, que leerán sus 'El señor Palomar' y 'Lena al descobert', respectivamente.
Me parece un ejercicio fantástico, este de poner a una autora delante de un público para simplemente mostrar su trabajo; ¿no es justo eso a lo que nos tienen acostumbrados los artistas plásticos, los arquitectos, los cineastas, etc.?
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