Debate sobre Catalunya

Hacerlo durar como un milagro

Se trata de hacer durar el diálogo político dos años, sabiendo que el problema de fondo es irresoluble. Aragonès no renunciará al referéndum de autodeterminación y Sánchez ni puede ni quiere

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibe en la Moncloa al 'president', Pere Aragonès, este 29 de junio de 2021.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibe en la Moncloa al 'president', Pere Aragonès, este 29 de junio de 2021. / DAVID CASTRO

Joaquim Coll

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A diferencia de otras veces, muy particularmente de cuando Quim Torra visitó a Pedro Sánchez en 2018, en el encuentro del presidente del Gobierno con Pere Aragonès no hubo intercambio de regalos, ni paseo por los jardines de la Moncloa. A Iván Redondo se le pasaron por alto unos versos del poeta uruguayo Mario Benedetti, que hubieran ido como anillo al dedo para dar la bienvenida al político republicano, y que dicen, “no es fácil instalarse en la excepción, el plazo del amor es un instante y hay que hacerlo durar como un milagro”. Porque de eso se trata, de que obre un milagro que haga durar el diálogo político dos años, sabiendo que el problema de fondo es irresoluble. Aragonès no renunciará al referéndum de autodeterminación y Sánchez ni puede ni quiere. “Nunca jamás”, sentenció en el Congreso. Lo saben ambos y lo sabemos todos, excepto Pablo Casado. Lo sorprendente es que, desde la Generalitat, hayan querido separar de la mesa política aquellos aspectos que más posibilidades tienen de resolverse positivamente, que son las demandas en infraestructuras, inversiones y todas las cuestiones económicas, que van a discutirse en la comisión bilateral que lleva años sin reunirse. 

La duda es cómo Aragonès hará durar el diálogo sobre la independencia dos años, y ese interrogante plantea otro, ¿dispone el president de una estrategia? Porque parece más bien que sigue moviéndose de forma táctica. Será apasionante ver cómo el Govern se inventa metodologías de trabajo preparatorias, de encuentros que irán dilatándose para aplazar lo inexorable. Ganar tiempo al tiempo, haciendo durar el diálogo con Sánchez como un milagro. La ventaja es que el Gobierno español no se va a levantar de la mesa, porque es el más interesado a que se siga hablando todo el rato y a que el diálogo acabe siempre en la vía muerta del referéndum. El problema de verdad sería si Aragonès aceptara otra reforma estatutaria, con nuevos máximos, pero no para boicotearla, sino como acuerdo de fondo, como alternativa a la independencia. Pero no ocurrirá, lo que de cara a las elecciones para Sánchez será otro milagro. 

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