La nota

¿Una Merkel verde?

Tras las elecciones de septiembre, Alemania puede tener una canciller que encarna la larga marcha del partido ecologista

Annalena Baerbock y Robert Habeck, durante un congreso de Los Verdes, en octubre del año pasado.

Annalena Baerbock y Robert Habeck, durante un congreso de Los Verdes, en octubre del año pasado. / periodico

Joan Tapia

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En Alemania hay elecciones en septiembre. Serán muy importantes porque Merkel -que como 'bundeskanzler' de la CDU ha mandado 16 años- no vuelve a presentarse. Y el resultado está muy abierto, Alemania es clave en la Unión Europea y Merkel -centrista en una conservadora CDU que gobierna con los socialistas- ha apostado decididamente por Europa. ¿Después de Merkel, qué?

Las sucesiones nunca son fáciles y la CDU no está ahora fuerte en los sondeos. Causa: el hartazgo con las medidas contra la pandemia, casos de corrupción en la compra de mascarillas y material y falta de un heredero popular e indiscutido. En enero la CDU eligió presidente y sucesor -tras un anterior intento fallido- a Amin Laschet, también centrista y presidente de Renania del Norte-Westfalia, el land más poblado. Pero Laschet ha resultado menos apreciado en las encuestas que el presidente de Baviera y líder de la CSU, el hermano partido bávaro, Markus Söder. Y hasta la madrugada del martes la ejecutiva del CDU no decidió (por 31 votos a 9) que Laschet sería el candidato final a la cancillería. Söder ha aceptado, pero la pugna de las últimas semanas ha dejado muy mal sabor de boca.

Y la CDU ha decidido forzada porque el día anterior, el lunes, los verdes habían elegido candidata única (siempre tenían dos candidatos) a una activa diputada de 40 años (Laschet y el candidato socialdemócrata Olaf Schloz son sesentones), que encarna la puesta de largo verde. De un grupo heterogéneo de protesta radical en los ochenta a un partido orientado al centro-izquierda pragmático que con la bandera del cambio climático disputa al SPD, partido tradicional de los trabajadores sindicados, la hegemonía cultural de la izquierda.

Además, en el estado sureño de Baden-Wurttemberg, uno de los más ricos, los verdes gobiernan ya desde hace años en una coalición, renovada tras las elecciones regionales de marzo, con los cristiano-demócratas de la CDU. Los verdes ya no generan miedo y tienen una imagen más contemporánea que el SPD.

Los datos hablan. La CDU tuvo algo más de un 30% de los votos en las últimas elecciones hace cuatro años y llegó a un 40% en las encuestas de 2020, pero ha bajado al 25% mientras que los verdes han saltado del 9,8% al 21%. Y una encuesta de ayer mismo, tras los nuevos liderazgos, predice un vuelco espectacular: los verdes suben hasta el 28% y quedan primeros ya que la CDU se desploma al 23%.

¿Quién gobernará Alemania tras las elecciones de septiembre? La repetición de la 'gran coalición' CDU-SPD, que ha funcionado bien, parece casi descartada porque los dos socios creen que les resta personalidad. La que se creía más probable hasta hace poco -la de la CDU con los verdes- ya sería un cierto cambio, pese a que los verdes ya fueron hace años -antes de Merkel- el socio menor de un Gobierno del SPD.

Pero ahora se abre la alta posibilidad de un cambio de trascendentales consecuencias, que tanto si los verdes son el partido más votado como el segundo, la canciller sea la verde Annalena Baerbock, encabezando la llamada 'coalición semáforo' con los 'rojos' SPD y los 'amarillos' del liberal FDP, cercano al empresariado.

En Alemania los gobiernos se forman ya no tanto por preferencias ideológicas como por la necesidad de formar mayorías con programas negociados y pactados (no sin dificultad). Y una canciller verde sería algo casi revolucionario. Para Alemania y para Europa.

Baerbock es tan europeísta como Merkel y muestra más firmeza frente a la dictadura de Putin y a China. Y su primer objetivo es lucha eficaz y desde el poder contra el cambio climático.     

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