Apunte
Deuda perpetua
El debate sobre si el BCE debe perdonar la deuda a los estados puede no ser oportuno ahora pero será necesario
Rosa María Sánchez
Redactora jefe
Premio Carlos Humanes de Periodismo Económico 2020. Máster Universitario en Investigación en Periodismo por la Universidad Complutense, en 2023. Profesora en el Título de Postgrado Especialista en Información Económica de la Universidad Nebrija. Colaboradora en RNE.
Un centenar de economistas europeos han firmado un manifiesto para que el Banco Central Europeo (BCE) perdone o transforme en deuda perpetua los bonos de los estados que ha comprado desde la anterior crisis financiera. El BCE acumula aproximadamente el 25% de deuda pública europea en general (en torno a 2,5 billones de euros) y también en el caso de España (algo más de 320.000 millones).
El manifiesto, difundido en nueve publicaciones europeas (El País, en España) está encabezado por el economista francés Thomas Piketty e incluye la firma de una veintena de economistas españoles, entre los que se encuentra la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, el secretario de Estado de Derechos Sociales y responsable económico de Podemos, Nacho Álvarez, y profesionales como Jordi Sevilla, José Moisés Martín Carretero o Jorge Fabra, del colectivo Economistas frente a la Crisis.
Su publicación ha hecho saltar de la silla a la presidenta del BCE, Christine Lagarde. Considera que la propuesta es “inconcebible”, “una violación del tratado europeo, que prohibe estrictamente la financiación monetaria de los Estados”, ha dicho en Le Journal du Dimanche. Desde su punto de vista, el crecimiento que traerán las inversiones programadas por Europa facilitarán la devolución futura de la deuda. Pero para los firmantes del manifiesto la dimensión de la deuda es tan enorme que exigirá algún tipo de medida excepcional. Una más, después de los moldes que ha ido rompiendo el BCE desde la crisis del 2008, después de haber dicho que era imposible romperlos.
Puede que el momento de lanzar el debate no sea el más oportuno. Gracias al BCE ahora no hay presión sobre la deuda pública. Además, la UE debe lanzar grandes emisiones de bonos para financiar el Plan de Reconstrucción de los países y no conviene generar dudas. Pero en algún momento habrá que abordarlo. Hay antecedentes. EEUU y Reino Unido tienen a sus bancos centrales financiando su gasto y asumiendo sus deudas, algo autoprohibido en la UE. La deuda perpetua, por su parte, sirvió al Reino Unido para pagar sus guerras napoleónicas o la Primera Guerra Mundial, y fue saldada definitivamente en el 2015. Economistas como Luis Garicano y Guy Verhafstadt han documentado que esta idea sería compatible con el Tratado de la Unión Europea. En España, el anterior Gobierno, de Mariano Rajoy, estaba avanzando en una fórmula de perpetuar la deuda autonómica con el Estado.
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