Pros y contras

Federalismo

Solo una idea de encaje convincente, viable y ventajosa podrá conciliar los dos bandos existentes en Catalunya

El líder del PSC, Miquel Iceta.

El líder del PSC, Miquel Iceta. / periodico

Emma Riverola

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A un independentismo atomizado y enfrentado ante la contienda electoral solo le une la exigencia de la amnistía para los políticos del 1-O y la señalación del PSC como adversario. Ese es el discurso público. En privado saben que la salida de los presos no será vía amnistía y la realidad delata numerosos pactos con los socialistas. Es el juego político, podemos pensar. Pero el ideario que se crea con los relatos políticos no se volatiliza.  

El independentismo sigue jugando con la imagen de una España franquista (de ahí el clamor por la amnistía) y de los socialistas como traidores a Catalunya. Y ese pensamiento no es inocuo, más aún cuando es capaz de movilizar el voto de la mitad del país.

La idea de una independencia exprés ha fracasado por imposibilidad, pero los que mentalmente se fueron de España no han regresado. Y Catalunya sigue mirándose a través de los bandos. Solo una idea de encaje convincente, viable y ventajosa podrá conciliarlos. Ese proyecto existe, y se llama federalismo. El PSC quizá es el adversario, también el elemento imprescindible en la ecuación del futuro. Denostar a parte de la solución solo alarga la discordia.