Al contrataque

Lo que nos separa

Surgen estos días debates muy superficiales. Todo se deberá discutir, muchos tendrán que rendir cuentas, pero no puedo evitar sentir que las prioridades ahora mismo son otras

Pedro Sánchez, durante la videoconferencia con los presidentes autonómicos celebrada en marzo

Pedro Sánchez, durante la videoconferencia con los presidentes autonómicos celebrada en marzo / periodico

Cristina Pardo

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A estas alturas ya probablemente todos conocemos a alguien, más o menos cercano, que padece síntomas compatibles con el <strong>coronavirus</strong>. Además, hemos asumido que nadie está a salvo de contraer la enfermedad y que estamos bastante indefensos, aunque tomemos todas las precauciones a nuestro alcance. Desde ese punto de vista, no comprendo la crítica destructiva. Me refiero a las quejas por la presencia del Ejército y “el virus de la recentralización”, a los ataques furibundos de Vox al Gobierno, a los reproches del PP por lo largas -y vacuas, según ellos- que son las comparecencias de Pedro Sánchez (mejor es hablarles a los ciudadanos que no hacerlo, creo), a las críticas a las donaciones de las grandes empresas o al debate que se ha generado porque Carmen Calvo ha ingresado en un centro privado para tratarse de una infección respiratoria. Se ha recuperado su hemeroteca elogiando la sanidad pública y se ha comparado su ingreso con el de Esperanza Aguirre y su marido, que no optaron por un hospital privado.

Cuando la gente está contagiándose y muchos de los afectados cayendo como chinches, me parecen debates muy superficiales y en un momento muy inoportuno. Todo se deberá discutir, muchos tendrán que rendir cuentas, no hay nadie en este mundo que nunca se equivoque. Pero no sé, no puedo evitar sentir que las prioridades ahora mismo son otras. Ni demonizar al Ejército, ni preocuparse por si en este momento las Comunidades Autónomas pierden media competencia, ni si no sé quién tiene síntomas y se está tratando por lo privado, cuando encima llevamos días alarmados por el colapso de la pública. No tengo ninguna duda de que en este momento la mayoría de nuestros dirigentes está intentando hacerlo lo mejor posible. Igual no tenemos a los mejores, pero, al menos, pienso que la mayoría sí están dando lo mejor de ellos mismos. En cualquier caso, todo quedará a la intemperie al final. Y ojalá los familiares de las víctimas encuentren respuestas a todas sus preguntas.