Análisis

Reducir la actividad al máximo

Con el crecimiento exponencial de la pandemia y teniendo en cuenta que, normalmente, la ocupación de las camas de las ucis debe rondar el 70%, en menos de una semana el colapso sanitario está servido

Pacientes con mascarillas ante el riesgo de coronavirus en las urgencias del Hospital Clínic de Barcelona

Pacientes con mascarillas ante el riesgo de coronavirus en las urgencias del Hospital Clínic de Barcelona / periodico

Alex Arenas

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El 31 de diciembre se reportó en Hubei (China) un brote  de un nuevo coronavirus, llamado SARS-CoV-2, que provoca la enfermedad covid-19. Este brote, declarado pandemia por la OMS el 11 de marzo, ha alcanzado ya a 155 países y ha puesto en jaque al sistema sanitario mundial. En España no hemos tenido mejor suerte. Como país, encabezamos el ránking junto a EEUU de crecimiento de covid-19, y nuestra situación actual es peor que la de Italia en términos de crecimiento. La pregunta es por qué.

Seguramente la razón principal es que hemos obviado nuestra interconectividad mundial, que está ahí para lo bueno y para lo malo, y hemos confiado en que nuestro poder médico-sanitario tiene una capacidad más que contrastada. Pero el enemigo que se nos ha presentado, el virus SARS-CoV-2, es implacable, dado que posee una capacidad de infección extremadamente alta y con una letalidad que como mínimo duplica la de la gripe.

Los ejemplos de China e Italia

En nuestro país, las autoridades sanitarias han insistido en un mensaje de calma tibio y poco realista, a la vez que irresponsable, subestimando el poder del enemigo, y por tanto no han preparado a la sociedad para hacer frente a esta batalla. La excusa en este caso no se puede alojar en el desconocimiento, dado que cuando nos llegó a España ya teníamos los ejemplos de China y Italia, sino en una falta de planificación absolutamente alarmante y en un desatino de las autoridades de extrema gravedad.

En esta batalla, como en cualquier otra, existen dos planos: el estratégico y el operativo. Utilizando este símil, el plano operativo se refiere a nuestro incansable ejercito de médicos y personal sanitario cuya dedicación y conocimiento son dignos del mayor reconocimiento. Sin embargo, el plano estratégico se ha abandonado en manos de unas autoridades sanitarias que no están preparadas para afrontar esta batalla.

El plano estratégico se juega en otro contexto, el físico y matemático, donde la modelización y los datos nos ayudan a ver el futuro. Tenemos excelentes expertos en física estadística en nuestro país con fuerte preparación matemática y computacional capaces de abordar la predicción de la propagación de este virus y cualquier otro con gran precisión.

El gran error de nuestras autoridades ha consistido en hacer oídos sordos a las predicciones de los modelos matemáticos, y no entender el significado de un crecimiento exponencial que supera cualquier sistema sanitario de nuestro planeta. Un simple cálculo, a modo de ejemplo, serviría para ilustrar este crecimiento.

Comparemos por ejemplo el crecimiento exponencial de la epidemia de covid-19 que de momento en España tiene un exponente alrededor de 0.33 a día 14 de marzo. Esto quiere decir lo siguiente, supongamos que en España tenemos 10.000 casos infectados,  pues bien con este crecimiento dentro de 10 días multiplicaríamos por 27 y tendríamos aproximadamente 270.000 casos. El exponente de Italia es de 0.22, es decir que en Italia por cada 10.000 casos, en 10 días, multiplicarían aproximadamente por 9, teniendo 90.000 casos.

Los recursos de las ucis españolas

Volvamos a los números anteriores, sabemos que de todos los casos de covid-19 en España, hasta el 14 de marzo, el 5% de los casos necesita asistencia sanitaria de cuidados intensivos, datos que se pueden contrastar con Sanidad. Teniendo en cuenta que el número total de camas en las ucis para estos casos es de alrededor de 5.000 en todo el país, cuando pasemos de 100.000 casos necesitaremos previsiblemente todos los recursos de uci de España. Con el crecimiento exponencial mencionado anteriormente, si el 17 de marzo, teníamos aproximadamente 12.000 casos, en siete días superaremos con creces toda la disponibilidad de ucis de toda España. Teniendo en cuenta que, normalmente, las camas de las ucis no están totalmente disponibles, sino que su ocupación debe rondar el 70%, en menos de una semana el colapso sanitario está servido.

Es muy curioso que estos números, que conocemos desde hace semanas, no hayan alertado a las autoridades responsables de la magnitud del problema que tendremos. Mientras nos enviaban el mensaje de “lavarse las manos”, y el de “las mascarillas no sirven”, han ocultado a la población el verdadero problema, el colapso sanitario, sin darnos ni la información adecuada, ni la preparación necesaria.

El número de contactos sociales

Pero aún hay más, los modelos de propagación de epidemias que hemos desarrollado con las herramientas de la física estadística nos dan más claves, y nos revelan que el único parámetro con el que podemos actuar contra el virus, mientras no disponemos de vacuna o farmacología profiláctica, es el número de contactos sociales que cada persona tiene en su día a día. Para intentar evitar el colapso del sistema sanitario, debemos reducir este número a un valor inferior a cuatro, esto necesariamente reduce nuestra interacción al entorno estrictamente familiar, de aquí el famoso movimiento 'quédate en casa'.

Desde estas líneas ruego que las autoridades del Gobierno español decreten la restricción de movilidad total, exceptuando servicios de primera necesidad, en todo el territorio. De lo contrario, cada hora que pasa sin decretar esta estrategia nos arroja la horrible cifra de más de 200 muertos al día por colapso sanitario, durante todo el período de colapso, que puede llegar a ser de varias semanas.

Catedrático de Ingeniería Informática y Matemáticas (Universitat Rovira i Virgili). Director del Alephsys Lab (algoritmos en sistemas físicos). Asesora a la Generalitat de Catalunya y a la Generalitat Valenciana.