A pie de calle
¿Queremos, de verdad, ser innovadores?
En la colaboración entre las universidades y las empresas tenemos mucho campo para mejorar
![Un científico](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/98264d9d-aa97-407d-b73a-abb7340992b4_16-9-discover-aspect-ratio_default_0.jpg)
Un científico / periodico
![Josep Samitier](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/a9f9e7db-2296-48b5-b037-520903ea9eca_source-aspect-ratio_default_0.jpg)
Josep Samitier
Presidente de la Associació Catalana d'Entitats de Recerca (ACER)
Josep Samitier
Hace pocos días, el ‘president’ de la Generalitat se hacía eco del hecho de que Catalunya, con el 0,1% de la población mundial, produce el 1,3% de las contribuciones científicas. En el ámbito europeo esto representa que, con el 1,5% de la población de la Europa de los Veintiocho, somos responsables del 3,7% de la producción científica. Estos son, sin duda, indicadores muy positivos de la capacidad de generar nuevo conocimiento que tiene el sistema de universidades y centros de investigación en Catalunya. Pero hay una cara menos positiva. A pesar de nuestra capacidad de generar conocimiento, el pasado 17 de junio la Comisión Europea publicaba los indicadores de rendimiento de innovación de las regiones europeas. ¿Y saben qué? Catalunya se situaba en una modesta 140ª posición, entre las 238 regiones europeas. Muchos de ustedes se preguntarán: ¿dónde estamos fallando? Fijémonos, para empezar, en la capacidad innovadora de nuestras pequeñas y medianas empresas, puesto que estas conforman el grueso más importante del tejido industrial catalán. Por sus características, estas pequeñas y medianas empresas no tienen la capacidad de mantener departamentos de investigación e innovación potentes. Por lo tanto, estas empresas son fuertemente dependientes de colaboraciones con entidades públicas para acceder o desarrollar innovaciones basadas en nuevas tecnologías o conocimientos.
Es, por tanto, en esta colaboración entre las universidades, centros de investigación, centros tecnológicos y empresas donde tenemos mucho campo para mejorar, por ejemplo, con políticas que favorezcan la colaboración público-privada. En este contexto, hacía meses que se estaba trabajando en generar masa crítica en los centros de investigación con un objetivo claro: agrupar sus capacidades de transferencia y ofrecer un portal único a las empresas para facilitar y fomentar la tan necesaria colaboración. Estamos hablando, por ejemplo, de convocatorias que financiaba la Comisión Europea (los llamados fondos FEDER) y que, de forma sorprendente, ha sido aplazada por los técnicos del Departament d’Economia, con el riesgo de que no sea convocada por parte de la Generalitat.
Hace unos días, en una comparecencia en el Parlament, representé a las investigadoras e investigadores de Catalunya y recibía, en su nombre, la felicitación de todas las fuerzas políticas por la tarea desarrollada. Allí alerté sobre la situación crítica de la financiación de la investigación, debido a la crisis económica y la carencia de presupuestos aprobados. Si a todo esto le añadimos la falta de decisiones políticas que nos permitan estimular la innovación tecnológica, la situación puede llegar a ser crítica. Porque no invertir en conocimiento e innovación es lo mismo que no apostar por un mundo mejor y más justo. En resumen, si no llevamos a cabo los cambios necesarios, la respuesta a la pregunta que da título a este artículo será bastante obvia. ¿Queremos, de verdad, ser innovadores?
- Trump, evacuado tras ser herido de bala: última hora y todas las reacciones en directo
- ¿Qué pasa si tomas café sin azúcar todas las mañanas? Esto dicen los expertos
- El Mundo Today | Miles de personas se reúnen en la Plaza Catalunya de Barcelona para celebrar la vuelta a casa de Marta Rovira
- La iglesia del pantano de Sau vuelve a verse: hay una explicación
- Primeras imágenes de 'Blood of my blood', la precuela de 'Outlander
- Una investigación liderada desde Barcelona logra reconstruir por primera vez el cromosoma fosilizado de un mamut lanudo de 52.000 años
- El Gobierno plantea adelantar a partir de los 62 años la jubilación parcial pero doblar los años cotizados requeridos
- Aviso de la ciencia: el Universo es una simulación al estilo ‘Matrix’