Cumbre del clima

La misión de Katowice

El tiempo se agota: si queremos limitar el calentamiento global, el mundo tendrá que reducir sus emisiones a la mitad en solo 12 años

ilustracion  de  leonard  beard

ilustracion de leonard beard / periodico

Marie Vandendriessche

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Durante esta primera quincena de diciembre, la ciudad polaca de Katowice se ha convertido en el escenario de la cumbre climática más importantecumbre climática desde la firma del Acuerdo de París, hace tres años. El cometido de los 14.000 negociadores en Katowice es, precisamente, diseñar un 'sistema operativo' para hacer que dicho acuerdo funcione.

No obstante, el entorno político internacional es hoy radicalmente distinto al apogeo parisino del 2015. El multilateralismo se encuentra amenazado, varios líderes mundiales promueven el escepticismo climático (incluidos Donald Trump y el presidente electo de Brasil, Jair BolsonaroBolsonaro), y las preocupaciones sobre la economía global están a la orden del día.

En el 2015, EEUU, con Barack Obama, se unió a China Barack Obama China para tender puentes entre los países desarrollados, por un lado, y los países emergentes y en desarrollo, por el otro. En el 2018, los puentes entre Washington y Pekín están rotos, y Trump está retirando a EEUU del Acuerdo de París. China ha reaccionado asumiendo un papel de liderazgo en las negociaciones sobre el cambio climático, pero en vez de seguir la tendencia de París, a menudo ha llevado a los países emergentes y en vías de desarrollo a retomar la dinámica binaria del pasado.

Contexto desfavorable

En este contexto desfavorable, vuelve a recaer sobre la Unión Europea la importante tarea de mantener encarriladas las negociaciones y de asegurarse de que las normas que se decidan en Katowice tengan la solidez necesaria. La Comisión ha dado un paso adelante con la publicación de unos escenarios para reducir su huella neta de carbono a cero para el año 2050 y la firma de una declaración conjunta con China. Bruselas también ha confirmado el aumento de ambición en sus objetivos de eficiencia energética y renovables para el 2030, para el que ha recibido el apoyo, entre otros, del nuevo Ministerio para la Transición EcológicaMinisterio para la Transición Ecológica del Gobierno español.

Sin embargo, no todo va bien en Europa: a pesar del ambicioso plan de la Energiewende, Alemania no cumplirá su objetivo de reducción de emisiones para el 2020; el Reino Unido sigue a vueltas con el 'brexit'; en Francia, las protestas de los ‘chalecos amarillos’ contra el encarecimiento del chalecos amarillosdiésel (una medida contra el cambio climático) se desataron, y Polonia, el anfitrión de la cumbre, está priorizando la protección de su industria del carbón y sus mineros.

Queda claro, pues, que la cumbre de Katowice no será fácil. Las negociaciones serán largas, técnicas y complejas, pero su éxito es vital. Los científicos no pueden expresar con mayor contundencia la urgencia de tomar medidas con respecto al cambio climático. El tiempo se está agotando: si queremos limitar el calentamiento global a 1,5°C, el mundo tendrá que reducir sus emisiones a la mitad dentro de tan solo 12 años.

Para afrontar el cambio climático son imprescindibles la cooperación internacional y una visión a largo plazo. Lamentablemente, hoy en día sufrimos una escasez de ambos factores en el ámbito mundial. Esperemos que los negacionistas dejen de caldear el ambiente y que los negociadores en Katowice mantengan la cabeza fría.