Uber vuelve de otra manera

La plataforma de alquiler de coches a través del móvil Uber vuelve desde este martes a operar en Barcelona. Este gigante estadounidense ya intentó desembarcar en el año 2014, pero entonces eligió un camino equivocado, el del alquiler de coches particulares para prestar el servicio. Una práctica que, como la propia empresa reconoce, chocó con la normativa, la regulación y la cultura de esta ciudad. Los taxistas protestaron y con razón. Ese tipo de servicio era claramente una competencia desleal que basaba su oferta en el ahorro de costes tan esenciales como el del seguro de los viajeros. 

El segundo aterrizaje de Uber en Barcelona se hace ahora a través de los llamados vehículos con licencias VTC (vehículos turismo con conductor)vehículos con licencias VTC. Aunque sometido a un arduo procedimiento judicial, este es un sector regulado y que cumple con las mínimas exigencias. Uber toma esta decisión confiada que los jueces acabaran ampliando el número de estas licencias, cosa que les permitiría atender una demanda que ha existido incluso mientras la empresa no operaba. Con todo, el pronunciamiento de la Unión Europea (UE) no deja por ahora lugar a dudas: Uber no es una plataforma digital sino una empresa de transporte que debe ganar su competitividad fuera de la violación sistemática de las normas del sector. La solución, pues, no es la protesta sino la exigencia. Los taxistas han de saber las cartas que tienen a favor y jugarlas, sin exhibiciones de fuerza que empañan el esfuerzo que han hecho en los últimos años para modernizarse.