Editorial

La junta de seguridad, por fin

El anunciado choque de trenes y de legitimidades a cuenta del 'procés' no debe afectar a los Mossos

El 'conseller' Jordi Jané y el ministro Juan Ignacio Zoido.

El 'conseller' Jordi Jané y el ministro Juan Ignacio Zoido. / periodico

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Es sin duda una buena noticia que los Mossos d’Esquadra, por fin, pasen a formar parte del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), el organismo de análisis de la información que recaban las fuerzas de seguridad sobre terrorismo y crimen organizado. Lo que resulta inexplicable e inadmisible es que la policía catalana haya tardado tanto tiempo en formar parte de este crucial órgano gestor de la seguridad de los ciudadanos. Cabe, pues, felicitarse, pero sin olvidar que durante ocho largos años (los que ha tardado en reunirse la Junta de Seguridad de Catalunya, el órgano de coordinación entre el Ministerio de Interior y la 'consellleria') la seguridad ha sido un peón de la polémica política.

La reunión se ha celebrado porque el 'president' de la Generalitat forzó la mano del ministro del Interior al convocarla de forma unilateral. Que el número dos de Juan Ignacio Zoido  atribuyera a la «falta de confianza» el hecho de que la junta no se reuniera –en cara alusión al 'procés'– fue el último acto de irresponsabilidad antes de la reunión de ayer. Cabe confiar de que el sentido de Estado y la responsabilidad ante la ciudadanía imperen y que no se repitan episodios como el de la Junta de Seguridad. El anunciado choque de trenes y de legitimidades a cuenta del 'procés' no debe afectar a los Mossos, a los que no se debe ni excluir de foros cruciales en plena ofensiva yihadista ni exigir que no cumplan la ley. La policía está al servicio de la ciudadanía, no de la táctica política.