Violencia de género e impunidad

Solo el 4,8% de los maltratadores termina siendo condenado por la violencia que ejercen sobre sus parejas o exparejas

Manifestación contra la violencia de género, el pasado febrero.

Manifestación contra la violencia de género, el pasado febrero.

MIGUEL LORENTE

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Solo el 4,8% de todos los hombres que maltratan son condenados por la violencia que ejercen sobre sus parejas o exparejas, eso es impunidad. Hoy por hoy, cualquier maltratador tiene la sensación de que no le va a pasar nada por maltratar, y son dos los factores que influyen en esa percepción. En primer lugar, porque junto a la idea de 'normalidad' que envuelve a la violencia de género, el maltratador sigue una estrategia de aislamiento y culpabilización de la víctima que se une a las consecuencias emocionales que ocasiona la propia violencia, todo lo cual dificulta que la mujer tome conciencia de lo que le ocurre y denuncie la situación. Y en segundo lugar, porque cuando se logran superar todos esos obstáculos y se denuncia, el porcentaje de condenas es el 22,3% (129.193 de denuncias interpuestas frente a 28.870 de sentencias condenatorias según datos del Observatorio del CGPJ para el año 2015).

Pero como no toda la violencia de género que se produce es denunciada, para conocer la situación general tenemos que irnos a la referencia global de los casos que se producen en la sociedad, con independencia de que se denuncien o no. Para ello tomamos los datos de la macroencuesta del CIS (2015), que indican que los casos reales de violencia de género son cerca de 600.000, por lo que si ponemos en relación el número de condenas, esas 28.870, con todos los casos, el resultado es claro: solo el 4,8% de los maltratadores termina siendo condenado, o lo que es lo mismo, el 95,2% no sufre ninguna consecuencia por la violencia que ejercen sobre sus parejas o exparejas. 

ENTENDIDO COMO ALGO NORMAL

Esta situación tiene nombre, y se llama impunidad. Y así lo perciben los propios agresores, como me contó una sobreviviente a la que conocí en una reunión tiempo después de que saliera de la violencia. Después de muchos años de violencia y de haberlo intentado todo, le dijo a su marido que no aguantaba más y que lo iba a denunciar. La respuesta de él fue una sonrisa para acompañar a sus palabras. “Hazlo, no me va a pasar nada”. Ella, desesperada por la situación le respondió: “Puede que no te pase nada, pero al menos todo el mundo va a saber que eres un maltratador”. Ante lo cual él se carcajeó y le volvió a decir: “No te confundas, es peor ser una mujer maltratada que ser un maltratador”.

Así ven ellos la situación de la violencia que ejercen, porque así es en la mayoría de las ocasiones. La misma sociedad que lleva a que las mujeres entiendan la violencia como algo normal dentro de las relaciones de pareja, hasta el punto de que el 78,5% no denuncia, entre otras razones porque la violencia que sufren “no es lo suficientemente grave”, tal y como afirma el 44% de estas mujeres (CIS, 2015), es la que luego lleva a que la respuesta institucional ante los hechos denunciados se traduzca en un 77,7% de absoluciones.  Las razones de esta falta de respuesta tienen mucho que ver con la forma de abordar la investigación para esclarecer lo ocurrido.