Los radiólogos, en primera línea contra el cáncer

Entre nosotros las muertes por cáncer son la segunda causa de mortalidad después de las enfermedades cardiovasculares. De hecho, en España la tasa de mortalidad por cáncer fue del 24% del total, en datos disponibles del 2013. Es pues, esta enfermedad, motivo de gran preocupación entre la población y entre los profesionales de la salud. Además, si tenemos en cuenta que las previsiones hablan de un aumento del 70% de los casos en las próximas décadas.

Como en todas las enfermedades, la prevención y diagnóstico temprano es fundamental. Nuestro papel, el de los radiólogos, es importante en todo esto. ¿Por qué? Básicamente porque el abordaje del cáncer hoy en día es multidisciplinar, y el radiólogo como especialista de la imagen resulta básico dentro del equipo médico, no solo en la fase de detección y diagnóstico, sino también durante el tratamiento y en los controles posteriores de la evolución de la enfermedad.

De hecho, la persona especialista en radiología es la primera en visualizar y analizar las imágenes médicas que definirán la situación personal de cada paciente. Hay que recordar cómo de avanzadas son hoy en día esas imágenes, y saber que van más allá de la tradicional radiografía, de forma que permiten la detección y valoración de los tumores a través de ecografías, tomografías computerizadas (TAC), resonancia magnética, mamografías, y los nuevos sistemas de diagnóstico por imágenes moleculares, donde se combina la tecnología de la imagen tradicional con técnicas de medicina nuclear. Se trata de una tecnología en constante evolución con la que el radiólogo está familiarizado y tiene la máxima experiencia.

LA ESTRATEGIA ADECUADA

Por otra parte, como radiólogos, intervenimos en las diferentes etapas del tratamiento oncológico, por ejemplo durante la administración de la terapia. Tanto en la radioterapia como en la quimioterapia hay que asegurar la correcta aplicación a través del uso de las imágenes. Pero también participamos en la elección de la estrategia más adecuada y de cómo se llevará a cabo su seguimiento.

Y en los exámenes regulares que hacen los pacientes para controlar la remisión de su cáncer, la imagen juega un papel clave y es una piedra angular. Aquí la tomografía computerizada (TAC) es la técnica más utilizada porque nos da una imagen de alto nivel de las partes del cuerpo, y de forma rápida. Solo así podremos ver si el tumor se ha reducido, el estado general de los órganos, etc.

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Y una pregunta que desde nuestro colectivo miramos afrontar en todo momento: ¿es peligrosa para la salud la radiación que recibimos con estas pruebas clínicas? Pues creemos que la respuesta es sencilla. En primer lugar, los riesgos son muy bajos y además deben ser sopesados frente a los el primero en visualizar y analizar las imágemnebeneficios que aportan las pruebas por imagen. Pero además, con los avances actuales, los radiólogos podemos reducir las dosis de radiación, sin comprometer la calidad de la imagen, por eso es importante actualizar tecnológicamente los equipos disponibles.

No hay duda de que en un futuro próximo, el diagnóstico por imagen será una herramienta aún más potente para la detección del cáncer en sus fases más tempranas, especialmente cuando las nuevas técnicas de biomarcadores y sistemas moleculares hayan desplegado todo su potencial. Somos conscientes de la gran expectativa ciudadana que hay detrás de todo esto y trabajamos cada día para alcanzar este reto.