Análisis

Cambian los hábitos y cambia el turismo

CONSOL PRADOS

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Aumenta el turismo si la economía va bien y disminuye cuando van mal dadas. Es evidente que es uno de los sectores que más fluctúa en función de la situación económica, tanto la personal y familiar como la del entorno, y donde juega un papel relevante la percepción del momento. El incremento que experimenta el turismo puede tener elementos de mejora económica notoria.

Pero, ¿viajamos igual que lo hacíamos antes o igual que las generaciones anteriores? También es evidente la respuesta, y es aquí donde podemos leer otras interpretaciones. Hay una serie de factores que han cambiado y están cambiando nuestros hábitos, y estos factores también son importantes para el diseño de la futura oferta turística.

La flexibilidad y la inestabilidad laboral provocan por sí mismas diferentes formas de organización del tiempo. El típico y exclusivo mes de vacaciones en agosto se transforma en pequeñas vacaciones a lo largo del año, y el trabajo estable y continuado muta hacia períodos alternativos de trabajo y no trabajo. Si cambia el trabajo, que ha regido hasta ahora nuestra forma de organizarnos, es lógico que cambie la organización del tiempo y la percepción que tenemos, y este es un factor que será cada vez más influyente en todos los ámbitos, turismo incluido.

Más oferta y más variedad

El hecho de viajar tiene un nuevo valor y ya no está a la cola de nuestras necesidades, por lo menos, para una clase media y trabajadora que lo valora como hecho cultural, de conocimiento y de oportunidad. En este sentido cambia el mismo concepto de turismo, de vacaciones y de viaje. Quizá salidas más cortas y más cercanas, y por tanto más económicas, para no renunciar del todo al placer de huir. O de las vacaciones en la playa del verano a las visitas de ciudades europeas en otoño, por ejemplo. Una nueva economía más diversificada y una economía vinculada de forma prioritaria a los servicios también da pie a que los territorios y las ciudades busquen oportunidades para el turismo. Poner en valor las potencialidades del territorio, urbano o natural o combinado, es una práctica que se extiende. Crece la oferta y crece la variedad (turismo cultural, de compras, deportivo, natural...) que se dirige sobre todo a un buen grueso de población urbana y familias jóvenes.

En una situación de economía inestable, sería lógico sustituir 'el viaje' por 'escapadas', y es aquí el lugar donde se pueden encontrar las ofertas del territorio con las nuevas necesidades de la gente. Por otra parte, la diversidad y las modalidades de la oferta hacen más accesible la acción de viajar, sobre todo desde que podemos organizarnos desde casa, sin olvidar las oportunidades que representa esta diversificación para los agentes económicos.

Hay que decir que diciembre es un mes en el que el turismo aprovecha lo que la ofrece el calendario, un gran puente, lo que rodea la Navidad, y unas fiestas cada vez más vividas como oportunidad para escaparse, más allá de la tradición.

A menudo los hábitos de la gente se anticipan a los cambios estructurales, y normalmente el mercado tiene la capacidad de intuirlo.

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