Falsas equidistancias

Ada Colau lidera el manifiesto contra las querellas "antidemocráticas" por el 9-N

Ada Colau lidera el manifiesto contra las querellas "antidemocráticas" por el 9-N / periodico

JOSE A. RODRÍGUEZ

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La imputación de Rigau, Ortega y Mas por hacer la convocatoria de la consulta independentista evidencia muchas contradicciones del establishment. El propio Gobierno de España consideró una charlotada el 9N: una consulta realizada por voluntarios, con urnas de cartón y sin censos. Más parecido a una manifestación con urnas y papeletas que a un referéndum.

Pero esta versión de protesta con urnas de cartón parece que no era una charlotada y merece ser perseguida.

La imputación implica que ni tan solo se puede protestar con urnas de cartón y hacer una simulación de una consulta sin valor legal.

La foto del martes, donde una parte de la izquierda política no independentista, representada por Ada Colau o Joan Herrera y de la izquierda social organizada representada por UGT y CCOO, que encabezaban la lectura de un manifiesto contra la imputación de Mas, Ortega y Rigau, es una foto que tiene algunos ausentes.

No entiendo ni acepto la falsa equidistancia que mantienen algunos izquierdistas entre un quienes pusieron unas urnas de juguete y un poder judicial teledirigido por el Gobierno de España que los ha encausado.

Sigo sin entender cómo alguien de izquierdas y que se autodenomine federalista pueda ponerse en un punto equidistante entre un estado que impide de forma sistemática que podamos decidir nuestro futuro y entre quienes por intentar hacer una simulación de esta votación son encausados.

Comienzo a pensar que algunos de estos izquierdistas lo son por puro postureo. Prefieren mantenerse en una posición de condescendencia hacia la realidad y les es mucho más cómodo el relato en el que todos, menos ellos, son los que están equivocados. Donde los demás son unos radicales. Ellos parecen estar en un punto del medio equidistante de toda posición política, donde existe una verdad eterna.

Esta es una falsa equidistancia. El tablero se ha movido bajo sus pies y el debate no es entre independencia sí o independencia no. Tampoco es entre derecho a decidir sí o no. Sino entre quienes quieren cambiar las cosas, los que quieren cuestionar al establishment y al statu quo, y los que se enrocan, manipulan leyes e incluso utilizan el poder judicial, para impedir cualquier cambio y proteger al establishment.

Entre los que luchan por mejorar y cambiar (acierten o no en sus posiciones) y entre los que no quieren perder sus privilegios y no quieren que en el fondo nada cambie, se me ocurren pocos puntos intermedios.