Mala semana para que la 'senyera' sea goleada

Ojito que Galicia no pida la independencia. Pobre Mariano Rajoy. Pero no, no hay peligro. No es que ellos se sientan muy españoles, es que han preparado un equipazo para ganar la Liga. Y quieren ganar la Liga española, que es, dicen, la mejor de Europa. Aquella en la que el Madrid empata en El Molinón y en la que el Barça palma, a lo Anoeta, en el modesto estadio de Balaídos.

La semana del voto de nuestra vida, o no, quién sabe; la semana en la que Piqué se convierte en el símbolo de la independencia y lidera el movimiento deportivo catalán, al muchacho se le descubren las costuras, sus carencias, sus ausencias por sanción y, como a veces le ocurre en las partidas de póquer, le levantan la camisa y la banca.

No es, desde luego, una semana muy oportuna para que el Barça haga el ridículo con la senyera por España. Un día, digo yo, no sé, cualquier semana, cualquier domingo, alguien en el club, no sé quién, caerá en la cuenta de que la camiseta azulgrana ya no es la prioridad de este club. Es posible sí, estoy convencido, de que, a cuatro días, de la votación de nuestra vida, o no, el Barça haya escogido jugar con la senyera. Para ayudar, digo, aunque Barto no se moje y diga, como todos, que quiere seguir jugando la Liga española. La del Celta.

Y anoche, no aquella de Anoeta, no, encaja otra goleada para reflexionar. Y ¡ojito! porque en esta ocasión Leo Messi estaba en el campo, no en el banquillo, con todos los suyos. Las rotaciones se habían hecho tres días antes. Y con el agravante de que Luis Enrique lo cantó el día antes, perdón, perdón, y también en la charla previa antes de abandonar el hotel. Les repitió lo mismo que les dijo a los periodistas antes de recordarles que, el año pasado, por estas fechas «ya me queríais matar». ¿Qué les dijo?, pues eso de que «o jugamos intensos, o nos metemos en el partido desde el minuto uno o nos van a pasar por encima a 200 por hora».

El pronóstico (no recuerdo que en la previa de la triste noche de Anoeta fuese tan clarividente) fue certero, transparente, cristalino, diáfano. Les pasaron por encima, les humillaron, les golearon, hicieron con el tricampeón, con el proyecto de pentacampeón (el sextete ya no es posible, sí, ya sé que lo saben, por culpa de la goleada en San Mamés donde, por cierto, anoche volvió a ganar el Madrid por 1-2), lo que quisieron. El de anoche es, sin duda, un vídeo para que lo vea toda Europa. Incluso Pep Guardiola, tendría cosas que aprender de esa cinta prodigiosa que la Paramount Pictures de Eduardo Berizzo creó para la posteridad y para demostrar que no hace falta ser hipermillonario ni tener a Messi para practicar un fútbol celestial.

Cuando Luis Enrique quiso echar mano del banquillo para remontar solo pudo poner a Munir. Guardiola sentó a Thiago y sacó a Lewandowski. Y el muchacho marcó 5 goles en 9 minutos. Y le pedimos a Messi si podía hacer 4 en 3. Pero no.

Voten el domingo. Sean felices. El Barça seguirá jugando la Liga del Celta. Galicia es demasiado feliz como para pedir la independencia.