Ridículo postureo

Agárrense los cinturones, porque vienen curvas y el postureo en el reino de los políticos puede llegar a cotas tan altas que puede rozar el ridículo y restar toda credibilidad al buen hacer. Cierto es que los cambios que se avecinan nos exigen una madurez democrática, un saber pactar más allá del mero beneficio de partido y las estrategias futuras, pero me da que hasta pasadas las generales todo puede convertirse en un donde dije digo… y al revés.

En esta campaña ya asoman sombras de sospecha. Me ha sorprendido esta semana la casi confirmación de que la excandidata de IU a la Comunidad de Madrid, Tania Sánchez, entrará en las listas de Podemos para las generales. Ha gastado mucha saliva a lo largo de decenas de entrevistas para negar su vinculación con la formación morada, pero el camino se despejará, al menos para ella, después de las municipales y autonómicas. No es la primera ni será la última en ser cazada en un receso. El mismo secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha pasado en menos de seis meses de negarse a «pactar con populismos» a erigir a su partido como el único autorizado a acometer alianzas con ellos. Al menos no ha caído en la amenaza como la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, que ha llamado manipuladora a una ciudadana que se quejaba de la ruinosa gestión de los populares en la comunidad más azotada por la corrupción: «Estás incitando un delito y te voy a identificar en este momento». A eso se le llama dejar el postureo y perder las formas. Quizá fuera esa su razón para dar plantón a la Cadena SER en el debate de candidatos a la alcaldía valenciana.

Para demanda por impresentable, el candidato del PP de Badalona, Xavier García Albiol, que tras ser criticado por xenófobo niega que su eslogan de campaña, Limpiando Badalona, tenga nada que ver con su política de inmigración, aunque jugando al mimo simule barrer y no se haya retractado nunca de declaraciones suyas como estas del 2010: «Los rumanos han venido exclusivamente a ser delincuentes». La guerra es tan agitada que no entiende de partidos. No le ha importado -todo lo contrario- a la candidata a la alcaldía de Madrid Esperanza Aguirre cantar un chotis en inglés para despertar en la memoria colectiva el tan famoso como desastroso «relaxing cup of café con leche in plaza Mayor» de Ana Botella.

El bloqueo andaluz

Todos andan con sus estrategias a cuestas menos la presidenta del PSOE andaluz, a la que le crecen los enanos por haber adelantado las elecciones pero no ser capaz de conseguir la abstención de sus adversarios para ser investida presidenta. Quizá mañana en el tercer intento... aunque todo parece indicar que nadie quiere aflojar en el postureo mayor, el juego de trileros de Podemos, Ciudadanos y PP dejando una Administración a expensas de quien se lleva el mejor trozo de la tarta española.