Demasiada macroeconomía
Eduardo Martínez Abascal
Profesor de IESE
EDUARDO MARTÍNEZ ABASCAL
En cualquier reunión de empresarios o ejecutivos de empresa (sean estas pequeñas o grandes) me preguntan que cómo veo la economía, que si espero que el PIB crezca, o se estanque. Y cuando preguntan, dan la sensación de que el crecimiento del PIB es una variable aleatoria que tan pronto sube como baja y que afecta irremisiblemente a las ventas de la empresa. En definitiva es como si la empresa tratara de sobrevivir a los vaivenes de un dato caprichoso exógeno, el crecimiento del PIB, que es el que rige la marcha de las empresas. Y no es así.
La realidad es que el PIB viene a ser la suma de las ventas de las empresas. Es decir, el PIB es la consecuencia y no la causa de que las empresas vayan bien o mal. Si las ventas de las empresas suben la consecuencia será que el PIB sube y no al revés como piensan algunos (o nos han hecho pensar con tanto comentario macro). Si el PIB baja es porque las empresas venden menos, tan simple como esto. De ahí que el núcleo central del mundo económico sea la empresa. ¿Cómo hacer crecer la economía? Pues es sencillo... sencillo de decir, no de hacer: hay que conseguir que las empresas vendan más. Si venden más, contratarán trabajadores y con más empleo habrá más gente con salario que consume más y con más consumo, las empresas venderán más. Y habremos entrado así el círculo virtuoso del crecimiento (suave y sostenido, no abrupto, que no es bueno).
¿Y qué hay que hacer para que las empresas vendan más? Pues lo primero es que el mercado interior crezca, que la gente consuma y para ello es clave que tenga confianza y que no se hable continuamente de crisis económica y/o política. Si el mercado interior no es suficiente hay que salir al exterior, coger las maletas y vender fuera (esto es más costoso, da pereza, pero hay que hacerlo). Y para vender fuera es clave que el euro esté barato, no como hasta ahora a 1,3 dólares el euro; debería estar a 1 dólar por euro, y por tanto los productos europeos se venderían en el exterior un 30% más baratos y venderíamos más.
Pero para vender, además de salir a vender tienes que ir con un producto bueno y a buen precio. Para ello tus costes de producción tienen que ser ajustados (baratos), tanto la mano de obra como los aprovisionamientos y los gastos generales (agua, luz, permisos, impuestos, tasas, etcétera, etcétera). Se ha abaratado mucho el coste de mano de obra, pero en otros costes no.
Por último, si hay más empresas nuevas, más ventas habrá y más trabajadores y también con esto se crea riqueza y mucha. Por tanto hay que facilitar al máximo la creación de nuevas empresas: menos trámites, permisos e historias. Además, si facilitas que las empresas multinacionales gordas se instalen aquí, más ventas y más empleo que se crea.
En definitiva, la solución a la situación económica (y al bienestar económico de las personas) no está en la macro, sino en la micro: que las empresas de aquí vendan más y que los que gobiernan faciliten las cosas y no pongan palos en las ruedas.
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