Apología de la dignidad

JOAN SOLÉ

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Hay muchas cuestiones alrededor de la consulta que el 'president' Mas ha moldeado para votar el 9 de noviembre. Al margen de las logísticas, acerquémonos a las políticas. En su discurso delante de los medios, Artur Mas dejó bien claro que la “consulta definitiva” será en forma de elecciones plebiscitarias con lista y programa unitarios, lo que genera la pregunta: ¿Por qué no hacerlas ya directamente?

La letra de la canción ‘Tossudament alçats’ de Lluís Llach es la exaltación de la resistencia. Mantener la votación del 9 de noviembre es, para el 'president' Mas, una apología de la dignidad, mantenerse firme con el propósito de brindar a los catalanes la opción de expresarse a través de un voto. El juego ahora se moverá entre el ninguneo de esta votación por parte del gobierno central, el esfuerzo del Govern para darle todo el sentido reivindicativo –siempre con el apoyo de los municipios, entidades culturales y otras organizaciones– y la postura de descrédito o fórmulas alternativas de las otras fuerzas políticas. Mas mantiene en pie la votación, no la que quiere ni merece el pueblo catalán, pero es la resultante cuando delante no hay un político de las mismas dimensiones que Cameron.

Metáforas

Se puede decir que la votación del 9-N es una especie de amistoso de pretemporada, una pequeña degustación para apreciar el sabor de un proceso que tenía su cobertura legal con la ley de consultas. Degustar, acción de probar o catar generalmente con deleite. Deleite, placer. 9 de noviembre, votar para saborear el placer de hacer aquello que parece imposible. A diferencia de la consulta de Arenys de Munt, esta vez, con la Generalitat liderando la reivindicación de votar y con los medios internacionales atentos a una jornada que debe ser festiva, participativa y popular. Más importante de lo que parece.

¿Y ahora qué?

Es la misma pregunta que nos hicimos cuando se acordó la fecha y la pregunta. Cuando se aprobó la ley de consultas y el 'president' Mas firmó el decreto de convocatoria. ¿Y ahora qué? Seamos claros, esta votación es un acto de reivindicación que dará paso a una lista unitaria. Como cierra la canción de Lluís Llach, “queda sempre un fil...”. Esta consulta es un hilo muy fino, per lo suficientemente largo como para seguir tejiendo el proceso que el año 2012 empezó en la calle. President, esperamos la convocatoria de las elecciones plebiscitarias.