De Usun Yoon a 'Luis el cabrón'

Dos golpes consecutivos, tremendos, aunque de distinta intensidad y condición, han sacudido el último programa de la temporada deEl intermedio(La Sexta): se ha marchadoUsun Yoon, yLuisBárcenasha entrado en prisión. ¡Ahh!Wyomingestaba anonadado por estas dos impactos sobrevenidos simultáneamente. A la egregia estatua deLuis el cabrón, ese busto tan hermoso que tienen permanentemente plantado en el plató, le tuvieron que colocar, que sobreponer, unas rejas de mazmorra, y dado que este programa va a estar un par de meses de vacaciones se van a perder todo un recital escenográfico que podía dar mucho juego: la casuística deBárcenasingresado en el penal de Soto del Real seguramente nos habría proporcionado un repertorio de sarcasmos estupendos y unas recreaciones carcelarias con mucho mordiente.

El otro golpe ha sido una sacudida distinta: la marcha deUsun Yoonles ha comprimido el corazón. A nosotros también. Esta joven sudcoreana, rebautizada porWyomingcomoLa china de Utrera, llevaba siete temporadas en el programa. Construyó un personaje de una personalidad sorprendente. Logró una colosal síntesis, una especie de nueva dimensión, entreTonino Guitián-aquel extraordinarioToninode la primera, y auténtica, época deCaiga quien caiga- y el desternillanteRamón Arangüenaen aquellas entrevistas que practicaba enOsados(1997, A-3 TV) y en las que consiguió hacer delabsurdoun género de televisión.Usunha sabido refundir ambas experiencias y edificar una postura enormemente atractiva por su quietismo, su aparente despiste, su surrealista abstracción. Las entrevistas conFernando Arrabal-en su casa de París, y luego paseando por Toledo- constituyen la culminación de esta valiosa rareza. Y el programa, para despedirla con cariño, aparte de regalarle un jamón pata negra y un poco decante jondo y fusión-homenaje a su andalucismo sudcoreano-, nos ofreció también un documento inédito: elcasting, la prueba, que tuvo que pasarUsunen el año 2007, cuando aspiraba a ser colaboradora deEl intermedio. ¡Ahh! Fue una entrevista conWyoming, él en el papel de examinador y ella de aspiranta a estrellita de la tele. YUsun, balbuceante y nerviosa, le decía:«¡Señor Buaboming!», y quien sabe, quizá fue esta zozobra existencial la que cautivó a todos. Nunca ha perdidoUsunesta perfecta y atractiva desorientación. La echaremos de menos.