Al contrataque

En la mentira

MANEL FUENTES

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Europa vive una mentira que todo el mundo conoce. El euro, al alcance de los 17. Una moneda es un patrón. Una unidad de intercambio sostenida en la idea que todo el que la utiliza se respalda en una economía común, cuando todo el mundo sabe que el patrón es alemán. Pero no tenemos una fiscalidad ni un marco legal equiparable en el resto de países. En este desvarío económico está la Europa del euro, hecha a imagen pero no a semejanza de los alemanes y donde todos, por conveniencia, se hicieron trampas al solitario en el momento de ingresar en el club. Las vacas gordas y la no conexión de la deuda privada con la pública, más los generosos programas de ayudas europeas, hicieron que el invento no entrara en crisis, y proyectaron un oasis donde la deuda pública en euros se colocaba en los mercados a bajo precio. Pero con la asunción pública de los desvaríos privados del sistema financiero, el artificio de la igualdad europea aunada por el euro empezó a saltar por los aires sin mucho esfuerzo. Nuestra Europa era común pero la deuda pública de sus partes no. La prima de riesgo se encarga de diferenciarnos y mostrarnos sin pudor nuestras costuras. Hoy el euro es el vestido nuevo del emperador. Y para intentar mantener el tipo, Europa (Alemania), se inventa unos objetivos de déficit imposibles de cumplir.

Centrémonos en España. Tenemos a un ministro que presenta ante las Cortes unos Presupuestos irreales. Tal cual. Sometidos a votación entre gente que se supone preparada, los Presupuestos dicen que en el 2013 gastaremos menos en prestaciones de desempleo que en el 2012, cuando todo el mundo sabía que el paro seguiría en aumento. Y sus sesudas señorías lo aprobaron.Montoronos dijo que nuestros ingresos serían mayores porque la caída de nuestra economía sería del 0,5 cuando las previsiones que nos hacían eran del 1,5. Ha tenido que rectificar, pero gastamos como si esos ingresos los hubiéramos generado. El talMontoronos dijo que cerramos el 2012 reduciendo el déficit hasta el 6,74% del PIB, (lejos del 6,3 exigido), pero es que ahora nos han enmendado la plana y Eurostat asegura que no lo bajamos del 6,98%. Y así las cosas, vivimos y sufrimos unos números de mentira que nos hacen vivir en la irrealidad. Como cuando una responsable de infraestructuras del PP me dijo en la radio que podíamos gastar en AVE en el 2013 una partida indecente, porque no nos computaría en el déficit. Si esto pasa en España, qué no pasará en Grecia, Portugal, Irlanda, Chipre o Italia. La Europa del euro sigue viviendo en su mentira y los mercados, aunque no lo parezca, aún no han aplicado toda su virulencia. Y es que la mentira es global. El dólar también tiene la suya, igual que la burbuja inmobiliaria de Brasil. Europa tiene que hacer sus deberes y sobre todo vivir su verdad, por dura que sea. O armonizamos fiscalidad y control bancario, y asumimos que ni los tiempos de ajuste ni los objetivos de déficit son cumplibles con la devaluación que eso supondrá para el euro, o seguiremos haciéndonos trampas al solitario, intentando hacer ver que todos somos Alemania. Que nadie lo dude, el camino más corto para saber qué realidad nos espera, es el de una verdad que todos esquivamos.