Al enemigo, ni agua

Parece que a Rajoy Se prodiga poco ante la prensa. Prácticamente no ha concedido entrevistas en los últimos meses. Y cuando lo ha hecho ha seleccionando muy bien el medio al que se la daba. El domingo pasado, Jordi Évole consiguió entrevistarle en su programa ¿Salvados¿ y le preguntó por qué rehúye a los  periodistas. Rajoy le respondió que si no hacía entrevistas era porque no se las pedían. Probablemente hubo muchos periodistas a los que al oírlo se les escapó una sonrisa. Muchos medios las han solicitado y todavía esperan. Quizá si es presidente tendrán una respuesta positiva. O no.

La estrategia del PP es el silencio. Por lo tanto son muy coherentes en la negación de entrevistas. Pero una cosa es la coherencia y otra la decencia. ¿Es decente que un candidato a presidente del Gobierno no quiera responder a preguntas de los periodistas, que son quienes informan a los ciudadanos de sus propuestas?

Lo que hace Rajoy no es una excepción. La recientemente reelegida presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, hizo lo mismo. Mínimo contacto con los medios. Y no le ha ido nada mal.

Los periodistas que siguen a la caravana del PP durante la campaña tampoco tienen contacto con él. Solo gozaron de su presencia durante 5 minutos el martes por la mañana. ¿Casualidad? No, ese día la mayoría de diarios le daban como ganador del debate.

Hace unos meses Antón Losada se quejó de que los medios tuviesen que cubrir actos si no tenían opción de preguntar. Muchos periodistas secundaron el #sinpreguntasnocobertura. Pero de momento todo sigue igual. Hay cobertura y no hay preguntas.