"La felicidad es no tener que pensar en ella"

IMMA MUÑOZ

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Novelista y autor de autoayuda

Francesc Miralles es Francesc Miralles cuando escribe novelas (Amor en minúsculaes la última) y Francis Amalfi cuando se sumerge en el mundo de la autoayuda. Viajero y amante de los cambios, ha puesto su irónica mirada en ese universo de consejos y esperanzas que muchos denostan pero muchos más consumen. Él le ha dedicado casi una década. El resultado esL'autoajuda al descobert(Ara Llibres).

--Sepa que está hablando con una lectora de autoayuda.

--Yo también lo soy. Si no, no podría hablar del tema... De hecho, los libros de autoayuda son de aquellos que, si se encuentran entre las revistas de la consulta del médico, todo el mundo hojea, aunque no todo el mundo lo reconozca.

--Es que parece que haya que avergonzarse.

--El término está desprestigiado, pero los libros de las grandes religiones son autoayuda, y no siempre de la mejor calidad literaria.

--Usted entró a fondo...

--Entré en contacto con sus autores, sus temas y su ideario porque me tocó abordarlos como editor, como podría haber sido editor de otra cosa. Pero te acabas enganchando.

--Pues su libro no deja demasiado bien el género.

--Ni mal. A mí lo que me gusta es cuestionar las cosas. En la autoayuda hay libros muy buenos, de grandes especialistas, otros que son refritos... y en el fondo unos y otros abundan en ideas que se llevan repitiendo milenios: es muy difícil decir algo que Buda o los grandes filósofos no hayan dicho ya, o que el lector no sepa. Todos sabemos en qué fallamos y qué necesitamos.

--¿Entonces?

--Es que otra cosa es que seamos capaces de aplicar lo que nos conviene. La función del libro de autoayuda es señalarnos lo que ya sabemos en un intento de que el poder de la palabra escrita sea el disparadero que nos permita llevarlo a la práctica.

--Y, dice usted, son más baratos que un psicólogo.

--Y menos peligrosos, porque un buen psicólogo hace mucho bien, pero un mal psicólogo tiene un poder excesivo sobre el paciente.

--El tema estrella es la felicidad.

--Nadie sabe qué es la felicidad. Solo se entiende en la desgracia. Para un enfermo, la felicidad es sanar, y en ese momento lo ve muy claro. Curiosamente, cuando lo logra ya no le llama felicidad, pero si lo pierde sabrá que la felicidad era eso. La felicidad es siempre lo que no tenemos.

--Y, si alguien tuviera la llave, estaría disfrutándola debajo de un puente.

--Y no necesitaría escribir libros. En el fondo, las personas que van por el mundo dando recetas tienen la inquietud de solucionar en los demás un problema que está dentro de ellas mismas. Quien es muy feliz ni piensa en todo esto. La felicidad es no tener que pensar en ella.

--¿Qué es lo más hoy en el género?

--La psicología divulgativa. Está subiendo el nivel de lo que interesa a la gente. Que triunfe un autor como Punset, de un pensamiento elevado, indica que tal vez los lectores empiezan a estar cansados de recetas sencillas y buscan libros de más peso.

--Firma sus obras de autoayuda con seudónimo. ¿Por qué?

--Es habitual. Muchos autores de estos libros lo somos también de novelas, así que guardamos nuestro nombre para esta literatura e inventamos un seudónimo para la otra. A veces lo pide el editor: venden más los nombres extranjeros. Para que un libro de autoayuda sea efectivo, quien lo lee tiene que pensar que el autor sabe mucho más que él, y si el autor se llama como el vecino...

--Francis Amalfi le llevó a la tele.

--Sí, aparecí enSexes,en TV-3. Francis Amalfi ha llegado a ser mucho más famoso que Francesc Miralles.

--Y cuando los libros de Amalfi se vendían a porrillo, ¿no le daban ganas de decir "¡eh, que ese soy yo!"?

--Hay éxitos que no quieres que se te reconozcan. Yo no me sé ver dando recetas, diciendo a la gente qué debe hacer. Krishnamurti afirmaba que la autoridad corrompe tanto al maestro como al discípulo, y yo no quiero corromper ni corromperme. Lo máximo que puede hacer un autor es plantear las preguntas para que cada cual llegue a sus respuestas.

--Esperaba extraer de su libro una lista de autores abominables.

--Nunca haría algo así. No pretendo desnudar a nadie, solo apuntar có- mo es el mundo de la edición por dentro. Puedo cuestionar ciertas ideas y conceptos, pero jamás voy a hacer de policía de ningún autor.

--Hablemos de los buenos, pues. ¿Se atrevería a hacer un canon?

--Yo haría uno para cada persona, pero si tuviera que elegir un solo libro seríaEl hombre en busca de sentido, de Viktor Frankl. Bueno, yEl libro de la vida,de Krishnamurti: 365 reflexiones que no plantean ninguna receta.

--¿Este libro es un punto final en su carrera en la autoayuda?

--Un punto y aparte. Este mundo siempre me va a seguir atrayendo.