Realidad nacional

Lo dos principales partidos españoles, PSOE y PP, han alcanzado esta semana un acuerdo en la Comisión Constitucional del Congreso sobre el nuevo Estatuto de Autonomía de Andalucía. Quiere ello decir que el texto tiene el camino libre para su aprobación definitiva en las dos cámaras. De esta forma, Andalucía, como antes hizo Catalunya, se dota de un potentísimo instrumento político para profundizar en su autonomía y adaptarla a las nuevas realidades.

Hay que celebrar también que socialistas y populares hayan alcanzado un acuerdo --al que se ha sumado Izquierda Unida, pero no el Partido Andalucista-- en un texto tan importante. La autonomía andaluza empezó lastrada por la decisión de la derecha de pedir elnoen el referendo que abrió la vía rápida (artículo 151 de la Constitución) para que la comunidad accediera al autogobierno en los mismos términos que Catalunya y el País Vasco. El alto grado de consenso alcanzado ahora viene a zanjar por tanto un déficit político histórico.

Resulta, por lo demás, llamativo que el PP respalde un texto en cuyo preámbulo se describe a Andalucía como una "realidad nacional", de acuerdo con el Manifiesto de 1919, cuando Rajoy fue extremadamente beligerante con la definición de Catalunya como "nación", que recoge el preámbulo del Estatut. El texto andaluz, pese a incluir el término "realidad nacional", establecer competencias exclusivas y apuntarse a las relaciones bilaterales entre la Junta y el Estado no ha levantado ninguna reacción de defensa de la unidad de España. Queda así demostrado que el PP montó en el caso catalán una campaña desaforada con fines partidistas que puso en peligro la convivencia.