teatro
'La partida d'escacs': 'tour de force' del gran Jordi Bosch
Stefan Zweig dejó antes de su suicidio un último legado en la novela 'Una partida de ajedrez'. El Romea presenta su versión teatral en un monólogo
José Carlos Sorribes
Periodista
José Carlos Sorribes
Pocos intelectuales encarnan como el vienés Stefan Zweig (1881-1942) la voz del derrumbe de Europa que se produjo en las primeras décadas del siglo XX, en los periodos comprendidos entre la primera y la segunda guerra mundiales. El judío Zweig manifestó siempre una lucidez, una profundidad, que le han convertido en un referente moral más allá de su época, como explica la frecuente reedición de sus escritos en los últimos tiempos.
Su origen y su posicionamiento le convirtieron en una víctima más del nazismo, algo que quedó corroborado con la huida a Brasil que acabó en 1942 con su suicidio y el de su esposa Lotte. Poco antes escribió su última novela, 'Una partida de ajedrez', un texto breve sobre la capacidad de resistencia humana frente a las dificultades. De fondo, no podía ser de otro modo, el hundimiento de la vieja Europa por el aplastamiento del nazismo.
Lustroso monólogo
En esa novelita, solo por extensión, se fijaron Iván Morales (director) y Jordi Bosch (actor) para levantar un lustroso monólogo. La alianza no dejaba de sorprender al proceder ambos protagonistas de universos teatrales bien diferentes. Morales es un director, digamos, indie y Bosch tiene un currículo más mainstream y de largo recorrido. Pero el resultado muestra una sintonía propia de una colaboración bien asentada en el tiempo.
La apuesta de Morales es arriesgada, y más con un autor como Zweig. Ha jugado fuerte al ponerle, por momentos, dosis de comedia y un envoltorio cuidado, con una escenografía, iluminación y espacio sonoro rutilantes, a un texto dramático a más no poder. Sale airoso de la decisión. En primer lugar, porque a ver quién renuncia a explotar toda la paleta interpretativa de Jordi Bosch. Es un actor que, por igual, se mueve entre la comicidad del payaso hilarante y el aire trágico de un actor shakesperiano. Y en segundo lugar, porque no resta poso a esta historia sobre una obsesión que le sirve a su protagonista como válvula de escape de la tortura psicológica de los nazis.
'La partida d’escacs' se desarrolla en un transatlántico, camino de América, donde se celebra una insólita partida de ajedrez entre dos de sus pasajeros: un campeón del mundo y un anónimo señor B, el protagonista de esa obsesión por el ajedrez que le llevó a una locura salvadora. A Bosch le corresponde ejercer de narrador y el resto de roles. Del tour de force, en el que no faltan incluso unos pasos de bailarín, sale con un 10.
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