'Mesa para dos'

Amor Towles: "Cualquier hombre hará lo que sea si le pagas un poco más"

Exquisito es uno de los adjetivos que suelen acompañar a Amor Towles, tanto por su elegancia en el trato como en la escritura. Ahora publica 'Mesa para dos', un libro de relatos a caballo entre Nueva York y Los Ángeles irreprochable

El escritor norteamericano Amor Towles publica 'Mesa para dos' (Salamandra).

El escritor norteamericano Amor Towles publica 'Mesa para dos' (Salamandra). / Asis Ayerbe

Leticia Blanco

Leticia Blanco

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Hace algo más de una década Amor Towles (Boston, 1964) sorprendió al mundo con su primera novela, la sofisticada ‘Normas de cortesía’. Tuvo tanto éxito que este banquero hijo de banquero dejó las finanzas para dedicarse a la escritura y desde entonces ha logrado lo más complicado en literatura: compaginar el aplauso de la crítica, que le considera un fino estilista, con el del gran público. Favorito en las populares listas de Barack Obama y habitual en las de más vendidos, ahora vuelve con una recopilación de relatos exquisitos, ‘Mesa para dos’ (Salamandra), que ninguno de sus lectores debería perderse: uno (en realidad una 'nouvelle' de 200 páginas) está protagonizado por Eve, uno de los personajes de ‘Normas de cortesía’; en otros aparecen dos personajes de su próxima novela (aunque Towles, misterioso, prefiere no desvelar cuáles), y uno de ellos incluye un mágico homenaje a Paul Auster por el que el escritor neoyorquino se interesó poco antes de morir. 

Una de las cosas que más dicen sus lectores es que leerlo transmite calma. No hay prisa en sus cuentos. Y eso hace que, aunque estén ambientados hace relativamente poco, en los dosmiles o los 90, generen una especie de nostalgia prematura.

En realidad las cinco historias que están ambientadas en Nueva York suceden casi todas alrededor del año 2000, no hace tanto. Pero entiendo tu punto. El planeta va tan rápido y los problemas son tan grandes que el mundo de hace 20 años parece una época sencilla. Yo intento escribir lo más alejado del tiempo. No me interesa escribir sobre la raza, el cambio climático o el covid. Pero si empiezas a leer una historia en la que no vas a oír hablar de Trump, el iPhone o la inteligencia artificial, eso despeja mucho la habitación. Entonces podemos ser tú, yo y los personajes. 

Siempre ha asegurado que sus historias nacen de la imaginación, pero en uno de los cuentos hay un joven banquero de inversión neoyorquino con hijos pequeños que acude con su mujer al Carnegie Hall a ver un concierto… y se parece mucho a usted.

Las primeras cinco páginas de ese cuento son las páginas más autobiográficas que jamás haya escrito. El cuento narra exactamente lo que nos pasó a mi esposa y a mi en un concierto. Decidimos que queríamos ver al gran pianista ruso Yecgueni Kisin tocar por primera vez en Estados Unidos. ¡Y había un tipo a mi lado grabando el concierto! Me volví loco. No pude dejar de pensar en él. Lo anoté entonces como idea para un cuento y 30 años después, lo he escrito.

Usted fue banquero antes que escritor. El primer cuento, sobre un inmigrante ruso que llega a Nueva York en los años 20, va sobre las pequeñas corruptelas del comunismo y el capitalismo, no tan distintos en algunas cosas. Y el que está protagonizado por un falsificador de dedicatorias de escritores es otra historia sobre lo fácil que es hasta para el más ingenuo sucumbir a la avaricia y la corrupción. ¿Qué está intentando decirnos?

El capitalismo es un aspecto omnipresente en Estados Unidos. Somos un país en el que todo está en venta. No sé cómo funciona en España, pero en Inglaterra o Francia jamás le preguntarías a alguien que acabas de conocer por su trabajo, sería considerado como algo grosero o poco interesante. En Estados Unidos lo primero que todo el mundo pregunta es: ¿a qué te dedicas? Aquí la identidad está muy ligada a la profesión, a lo que ganas. Me apetecía burlarme del capitalismo. En el cuento, Timothy está tan absorto en las matemáticas que deja de pensar en la moralidad de lo que está haciendo. Eso pasa todo el rato. Las grandes crisis globales, como la de 2008, surgen de gente que se olvida de las implicaciones morales de sus acciones. En el siglo XIX Dickens ya hablaba en términos de ingresos y gastos, felicidad y miseria. Cualquier hombre hará lo que sea si le pagas un poco más, si con ello puede mejorar su vida un poco. Una vez que pruebe eso, lo tendrás agarrado por el cuello para siempre. 

El escritor norteamericano Amor Towles publica 'Mesa para dos' (Salamandra).

El escritor norteamericano Amor Towles publica 'Mesa para dos' (Salamandra). / Asis Ayerbe

El cameo de Paul Auster en esa historia es precioso, ¿él lo leyó?

La verdad es que no le conocí. Él se enteró de que lo había escrito y pidió leerlo. Un amigo nuestro en común se puso en contacto conmigo y me dijo: ya no puede sostener libros en este momento, ¿le podrías conseguir una copia electrónica? Así lo hice. Murió dos días después. No tengo ni idea de si lo leyó o no. Pero fue agradable que no se enfadara y que estuviera intrigado o feliz por aparecer en el cuento. Mi intención, en efecto, era rendirle un homenaje. 

Auster no es la única persona real que aparece en 'Mesa para dos'. También sale Olivia de Havilland, un icono feminista.

No era mi intención escribir un relato feminista, sino recuperar a Eve, uno de mis personajes favoritos de ‘Normas de cortesía’. Ese relato está ambientado el año que salió ‘Lo que el viento se llevó. Olivia era muy recatada, tímida y educada. El sistema de estudios se aprovechó de ella, que acabó cansada de ser explotada y de interpretar siempre el mismo papel de mujer dulce, inocente y virginal. Luchó contra el magnate Jack Warner y ganó. Para mi eso es ser feminista. Me fascina el género negro, en el que las mujeres muchas veces son villanas, seductoras, y con frecuencia van un paso por delante de los demás. Pero el héroe siempre es el hombre. Me apetecía invertir eso.

Usted es un gran rusófilo, los lectores de ‘Un caballero en Moscú’ sabemos lo mucho que ama al país y su gente, ¿cómo ve la guerra de Ucrania?

Es triste. Hasta la invasión de Crimea parecía que los rusos estaban volviendo a formar parte de Europa, pero con las ambiciones de Putin eso terminó. Siempre que hay guerras un país se divide. Pasó lo mismo en España en la Guerra Civil y con Franco. Había una parte de la población que lo apoyaba, otra que lo odiaba pero guardaba silencio. Al final, ningún ruso ha votado a favor de esa guerra. Y viven en la desinformación más absoluta. 

Todos los relatos pasan en Nueva York y Los Ángeles, ¿qué le da cada una?

Son las dos grandes ciudades de la mitología estadounidense. Puedes ir a cualquier parte del planeta y todo el mundo sabe, aunque no haya salido de su barrio, lo que significan estas dos palabras: Empire State. Nueva York es vieja para Estados Unidos, va de construir cosas, de instituciones que son gigantes culturales, tiene un establishment de familias y fortunas viejas en el sentido europeo, de las que carece Los Ángeles. California siempre fue la tierra del sol, donde todo crecía, aguacates y naranjas, un paraíso, con el océano delante de ti. Y entonces empezamos a fabricar sueños dentro del sueño. Eso es Hollywood. 

El escritor norteamericano Amor Towles publica 'Mesa para dos' (Salamandra).

El escritor norteamericano Amor Towles publica 'Mesa para dos' (Salamandra). / Asis Ayerbe

La posible reelección de Trump vuelve a tener en vilo al mundo, ¿cómo ve las próximas elecciones?

Me considero progresista, soy de izquierdas. Mira, los demócratas siempre han estado con los desfavorecidos: los negros, los hispanos, los pobres, las madres solteras. Durante un tiempo, el partido se centró en cómo Estados Unidos les había fallado. Pero si estás hablando todo el rato de esos problemas, al final parece que vivas en un lugar terrible. Los republicanos aprovecharon eso en los 80. Reagan tenía el famoso lema, ‘Morning in America’ , sobre el nuevo amanecer del país, y esa actitud le hizo ganar. Lo interesante es que esa situación se ha dado la vuelta por completo.

¿En qué sentido?

El Partido Republicano es el que habla cada vez más de lo terrible que es Estados Unidos. Está tergiversando al país para conseguir votos. Exageran la violencia cuando estadísticamente los delitos violentos se encuentran en su punto más bajo en 40 años y el mercado de valores acaba de alcanzar un máximo histórico. No paran de hablar de los inmigrantes que llegan, del crimen en las calles, del fracaso de los negocios y el colapso de las infraestructuras. Están haciendo lo contrario que hizo Reagan.

¿Y Kamala?

Creo que tiene mucho potencial. Sonríe, está llena de energía y su vicepresidente igual. Eso lo cambia todo. No conozco a ningún demócrata que esté descontento. La retirada de Biden fue como un cañonazo. Es fantástico que si gana, sea la primera mujer presidenta y también una mujer negra. 

Estados Unidos es capaz de lo mejor y lo peor. 

Así es. Somos eso. Y una de esas dos cosas va a pasar. Vamos a tener lo peor o lo mejor.