Del 8 de septiembre al 24 de noviembre

Cuenta atrás para Manifesta, la bienal de arte que abrirá las puertas de La Ricarda y otras 15 sedes metropolitanas

La 15ª edición de la bienal nómada europea invita a redescubrir 16 espacios a través del arte y el pensamiento como las Tres Chimeneas en Sant Adrià y el Monasterio de Sant Cugat

5 imperdibles de Manifesta 15

Casa Gomis, La Ricarda, en el Prat, y las Tres Chimeneas de Sant Adrià del Besòs.

Casa Gomis, La Ricarda, en el Prat, y las Tres Chimeneas de Sant Adrià del Besòs. / Nomad Studio / Jordi Cotrina

Anna Abella

Anna Abella

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La antigua sede de la editorial Gustavo Gili, en el histórico edificio de estilo racionalista del Eixample, diseñado por los arquitectos Joaquim Gili y Francesc Bassó en los 50 y ganador de un Premio FAD en 1961, será "el cerebro y el corazón" de Manifesta 15, señala su directora y fundadora, la neerlandesa Hedwig Fijen, sobre esta bienal nómada de cultura contemporánea que durante 78 días, del domingo 8 de septiembre al 24 de noviembre, bombeará un programa de talleres, instalaciones, exposiciones, charlas, conferencias, conciertos y otras actividades en 16 sedes de 12 ciudades de la región metropolitana de Barcelona

Esta semana, el profesor de Princeton Germán Labrador avanzaba a este periódico un par de piezas clave de la muestra que este investigador y comisario de arte propondrá en la Gustavo Gili. Una es un futbolín tuneado para la ocasión, donde los jugadores son Durruti, la Pasionaria, Neus Català, Azaña o Ramón Mercader (el asesino de Trotski, con el piolet que usó), figuras de las izquierdas de la República, enfrentadas en los Fets de Maig de 1937. La otra es una réplica de la polémica estatua de Franco a caballo hallada decapitada en un almacén, que en sus manos acabará siendo una reconstrucción fantasmal de la memoria y de esta obra de Josep Viladomat, para ofrecer un relato de los derechos democráticos culturales de Barcelona desde la Guerra Civil hasta el posfranquismo.  

El de Labrador es uno de los tres proyectos de investigación de archivos que, junto a los que revisan el pasado educativo, industrial y colonial catalán (este último a cargo de la periodista, comisaria e investigadora Tania Safura Adam), rescatan "la historia y la memoria colectiva para ver dónde estamos y reflexionar sobre adónde vamos", cuenta en entrevista la directora de una edición de Manifesta que también impulsará actuaciones artísticas alrededor de temas sociales como el crecimiento urbano, la sostenibilidad y la crisis climática

Hedwig Fijen, directora y fundadora de la bienal Manifesta.

Hedwig Fijen, directora y fundadora de la bienal Manifesta. / Marc Asensio Clupes / EPC

Los principales reclamos para atraer, prevén, a unos 200.000 visitantes, cada uno de los cuales se espera que visiten de media 3, 4 o 5 sedes de la bienal, serán, además de la Gustavo Gili, la Casa Gomis, más conocida como La Ricarda, reserva verde de El Prat de Llobregat, amenazada por la ampliación del aeropuerto, y que tenía visitas restringidas; y las Tres Chimeneas de Sant Adrià del Besòs, vieja central térmica de los 70, "símbolo de la industrialización, la toxicidad y la memoria del humo -destaca Fijen-, conocida como el Chernóbil de la ciudad", cerrada desde 2011 y que nunca había sido de acceso público. 

Antigua sede de la editorial Gustavo Gili, en Barcelona.

Antigua sede de la editorial Gustavo Gili, en Barcelona. / ZOWY VOETEN

Será la edición más grande de Manifesta y la más descentralizada, invitando al ciudadano a desplazarse (animan a hacerlo en transporte público y bicicleta) para "conocer la riqueza cultural" de espacios antiguos o industriales que guardan la historia de cada lugar, que salen del ecosistema del centro barcelonés y en los que hallarán intervenciones artísticas aunque no sean centros de arte al uso. 

Casa Gomis, en los terrenos de La Ricarda, en el Prat de Llobregat.

Casa Gomis, en los terrenos de La Ricarda, en el Prat de Llobregat. / Ferran Nadeu

Lugares que probablemente no conozcan y entre los que figuran, además de los citados, La Prisión de Mataró, hoy centro de arte contemporáneo M|A|C|; la CIBA (equipamiento público para mujeres de Santa Coloma de Gramenet); las antiguas fábricas textiles de Can Trinxet, en L’Hospitalet de Llobregat, y el Vapor Buxeda Vell de Sabadell; la playa del Coco de Badalona; la plaza de la Porxada de Granollers (bombardeada por la aviación franquista); el monasterio de Sant Cugat del Vallès; el complejo episcopal medieval de Ègara en Terrassa; o el edificio industrial de La Caldereria, en Cornellà. 

El exterior de la nave de las Tres Xemeneies.

El exterior de la nave de las Tres Chimeneas. / RICARD CUGAT

Bicicletada del Besòs al Llobregat

Buscan, explica Fijen, "fortalecer el ecosistema cultural de cada ciudad interconectándolas". De ahí, avanza que están trabajando en los permisos para "conectar el río Besòs y el Llobregat por la costa con una bicicletada, un paseo en domingo para encontrarse con el mar y la naturaleza", y destaca además la propuesta de la holandesa Lara Schnitger, que ha colaborado con un colectivo de mujeres para coser faldas y colocarlas en distintas chimeneas de toda el área y trasladando así el arte a los espacios públicos.  

La bienal contará con 85 participantes, el 39%, locales: músicos, arquitectos, pensadores, ecologistas, educadores, biólogos, activistas y, sobre todo artistas. Entre ellos, los consagrados Antoni Miralda, Fina Miralles, Domènec, Nora Ancarola, Rosa Tharrats & Gabriel Ventura y las emergentes Eva Fàbregas, Claudia Pagès y Mónica Rikić. También nombres como el coregógrafo y ‘performer’ gallego Matías Daporta, la senegalesa Binta Diaw, la barcelonesa Lola Lasurt, el francés Félix Blume, el portugués Carlos Bunga, el británico Jeremy Deller, la estadounidense Judy Chicago y colectivos como Tornen les esquelles, OJO estudio (especializado en arquitectura y diseño), Paisanaje y Jokkoo Collective (en sonido electrónico). El 55% ha hecho obras de nueva creación o adaptado proyectos expresamente para la bienal. También habrá piezas de Antoni Tàpies, la cubana Ana Mendieta, el fotógrafo Carlos Pérez Siquier o el realizador soviético vanguardista Dziga Vertov.

Fachada principal del monasterio de Sant Cugat.

Fachada principal del monasterio de Sant Cugat. / Josep Garcia

La mayoría de sedes es de entrada libre, pero no algunas, como la Casa Gomis, el monasterio de Sant Cugat o las Tres Chimeneas. Por ello ponen a la venta, en la web de Manifesta, una entrada única de 15 euros, que permite visitar todas las sedes cuantas veces se quiera. 

De la gentrificación a la crisis climática

Manifesta, una iniciativa que nació en los 90 y ha recorrido, entre otras, Rotterdam, Luxemburgo, Fráncfort, San Sebastián, San Petersburgo, Zurich, Palermo, Marsella y Pristina (Kosovo), va más allá de una cita artística. "Uno de los objetivos es mirar el mundo a través de los ojos de Barcelona y abordar algunos de sus problemas, que son los mismos con los que lidian hoy otras ciudades europeas, como la gentrificación o la crisis climática. Queremos preguntarnos qué puede hacer la cultura para acercar a las personas, para crear una conectividad en los espacios públicos y con nuestro entorno, ya sean los ríos, Collserola, la Ricarda, la playa del Coco… ¿Qué puede hacer el arte para ayudar a comprender la transición ecológica y social en la que estamos? ¿Cómo podemos conectar las ciudades de la región metropolitana en el futuro? ¿Cómo serán las futuras transformaciones en el espacio urbano? Saber si necesitamos otro gran anillo alrededor de la ciudad para conectar todas estas ciudades. ¿O el centro será una Disneylandia, para la que tendrás que comprar entradas como en Venecia?", se interroga Fijen. 

Playa del Coco, en Badalona.

Playa del Coco, en Badalona. / QUIM ROSER

La descentralización será también temática, en tres clústers. Así, la zona del Besòs, con las Tres Chimeneas de Sant Adrià como símbolo del legado industrial, seguirá el eje ‘Imaginando futuros’, con propuestas de progreso sostenible y regeneración urbana y social mirando al futuro. La sierra de Collserola y el Valllès, con el epígrafe de ‘Cuidar y cuidarnos’, se centrará en el poder curativo de las artes, el patrimonio y la cultura, con el monasterio de Sant Cugat como epicentro.

Y el delta del Llobregat, bajo el nombre de ‘Equilibrando conflictos’, tendrá el centro neurálgico en la Casa Gomis, muestra de nueva arquitectura durante el franquismo que acogió a intelectuales y artistas de la vanguardia y que está en el ojo del huracán por el debate entre la conservación ecológica de la reserva natural y el desarrollo que supone la ampliación del aeropuerto. Allí, por ejemplo, el artista Elmo Vermijs, plantea un proyecto con árboles, dispuestos como en un Parlamento, que denuncian a la ciudad que los está destruyendo. "Es una forma de establecer derechos para los actores no humanos. Como preguntarse por el derecho legal de un río a ser protegido de la contaminación", apunta.  

La Casa Gomis, una joya de la arquitectura racionalista catalana.

La Casa Gomis, una joya de la arquitectura racionalista catalana. / Ferran Nadeu

Otra singularidad serán las Focus Weeks: una estructura móvil itinerante, creada por estudiantes del Institut d'Arquitectura Avançada de Catalunya, que se instalará una semana en la plaza principal de cada una de las 12 ciudades y funcionará como espacio comunitario de cultura.  

Manifesta 15 cuenta con un presupuesto de 8,9 millones de euros (de ellos, 5,2 los aporta el Ayuntamiento de Barcelona; 1,2, la Diputació; 1, la Generalitat y 500.000, el Ministerio de Cultura. Cuando termine, calcularán el retorno a la ciudad. "En Manifesta 12 y 13, por ejemplo, se devolvió cuatro veces más de lo invertido", detalla. La próxima edición, en 2026, viajará a la cuenca alemana del Ruhr.