ENTREVISTA

Manuela Carrasco, bailaora: "Hace 15 años se hacían cosas muy disparatadas, pero ahora parece que el flamenco está un poco mejor"

La veterana artista recala con su gira de despedida en el festival Flamenco on Fire de Pamplona con Remedios Amaya como artista invitada

La bailaora Manuela Carrasco cierra el Festival Flamenco on Fire con 'Siempre Manuela', su despedida de los escenarios, que presentó en el Festival de Jerez.

La bailaora Manuela Carrasco cierra el Festival Flamenco on Fire con 'Siempre Manuela', su despedida de los escenarios, que presentó en el Festival de Jerez. / Tamara Pastora / Festival de Jerez

Ángeles Castellano

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Fue la primera mujer gitana en ganar el Premio Nacional de Danza, en 2007, "por haber hecho desde la profundidad del flamenco un lugar de encuentro con otras culturas". Acumula reconocimientos como la Medalla de Oro de las Bellas Artes, que se le entregó en 2018, o la Medalla de Andalucía. Manuela Carrasco (Sevilla, 1958) ha sido calificada a lo largo de su carrera como diosa del baile. Hija de bailaor y familia de artistas, tuvo claro que quería bailar desde que recuerda, pero sus padres trataron de impedirlo, hasta que después de debutar con sólo 10 años en el tablao El Jaleo de Torremolinos, por fin en 1970 pudo comenzar a dedicarse profesionalmente al flamenco.

Fue madrina de bodas de Camarón de la Isla y La Chispa y ha compartido cartel con todos los grandes de su generación. Dice no haber tenido maestros en el baile, y el suyo es un estilo muy personal, encuadrado en la época en la que creció: importancia del braceo, un baile cadencioso, estructurado y sin argumentos, con fuego y velocidad en los remates y zapateados y mirada y pose electrizante. Curtida en peñas, tabalos y festivales de verano de Andalucía y defensora a ultranza de ese fflamenco que ella vivió en su juventud y heredó de sus mayores, después de fallecer su marido, el guitarrista Joaquín Amador, en mayo de 2023, anunció que quería dejar los escenarios con una gira de despedida. Esta gira la lleva este domingo a clausurar el festival Flamenco on fire de Pamplona, y el 29 de septiembre a la Bienal de Flamenco de Sevilla, en un espectáculo que dirige Ángel Rojas y tiene a Antonio Canales y El Pele como artistas invitados. Atiende a El Periódico de España, de Prensa Ibérica, desde Sevilla, unos días antes de su viaje a Pamplona.

Manuela Carrasco (de pie), junto a su hija, con el mismo nombre artístico que su madre, en 'Siempre Manuela' en el Festival de Jerez

Manuela Carrasco (de pie), junto a su hija, con el mismo nombre artístico que su madre, en 'Siempre Manuela' en el Festival de Jerez / Festival de Jerez

Pregunta: El espectáculo que presenta en Flamenco on Fire se titula Siempre Manuela, y se anuncia como parte de su gira de despedida. ¿Por qué ha decidido retirarse ahora?

Respuesta: Por que me pasó una cosa demasiado grande. Falleció mi marido y yo no quería bailar nada, nunca más. Después me he dado cuenta de que tengo que seguir bailando, mi madre, mis hermanos y mis hijas me animan y esta gira creo que va a durar un poquito más.

Manuela Carrasco (de pie), junto a su hija, con el mismo nombre artístico que su madre, en 'Siempre Manuela' en el Festival de Jerez / Tamara Pastora / Festival de Jerez

P: En Jerez hubo una silla vacía en el escenario para recordarle. ¿Qué es lo que echa más de menos de Joaquín Amador en el escenario? ¿Cómo es bailar sin escuchar su guitarra?

R: Lo echo todo de menos, su música, su seriedad, su personalidad... Había cosas muy importantes que pasaban en el escenario que sólo entendíamos él y yo no, nos comunicábamos sin hablarnos. Si él me miraba y se reía, yo sabía que estaba bailando bien y al revés, si tenía una mala noche le veía serio en escena. Fue mi mayor crítico y mi mayor admirador, esa es la pura verdad.

P: En el elenco están artistas que suelen acompañarla, como Enrique el Extremeño, pero además estarán varias mujeres muy especiales: las cantaoras Remedios Amaya y Anabel Valencia, además de sus dos hijas, Manuela y Zamara. ¿Cómo es esa relación con ellas en el escenario?

R: Es un cartel maravilloso. Enrique es mi cantaor de toda la vida, el que eleva, el que mejor me conoce, y además es primo hermano, así que somos familia. De Remedios y Anabel qué te voy a contar, son dos grandes artistas. Con Remedios voy a hacer una bulería al golpe, porque por ahí ella es única, tenía muchas ganas de llevarla a mi espectáculo y de escucharla porque la admiro mucho, me motiva. Y mis hijas, pues te puedes imaginar... Manuela es una gran artista, baila que quita el sentido, con unas hechuras y una cara que es algo especial y Zamara es una señora en el escenario, canta y baila estupendamente.

P: ¿Esto añade emoción o le pone más responsabilidad?

R: Responsabilidad la siento siempre, pero bueno, yo me relajo porque son todas grandes artistas y saben lo que se hacen.

P: En esta etapa de su carrera, ¿le gusta echar la vista atrás y recordar sus inicios en el baile o prefiere vivir en el presente?

R: Yo nunca miro para atrás, yo siempre he sido una bailaora que cuando he salido al escenario lo he dado todo. El nombrecito que tengo me lo he ganado yo misma a base de dejarme la piel en el escenario y yo, ahora mismo, miro el presente, y lucho por mi baile, por el flamenco y sobre todo, por mis hijas, y más ahora que no está mi marido.

P: ¿Se ve reflejada en ellas, hay una marca de la casa en sus hijas?

R: Bueno, las he parido yo, tienen mis genes... Pero son muy diferentes. Zamara es salvaje, canta y baila; y Manuela es una buena bailaora, elegante, fina, tiene unos pies maravillosos. Pero los genes están ahí, se ve que son mis hijas.

P: ¿Qué le interesa del flamenco actual?

R: Llevo muchos años luchando por el flamenco puro. Hace como 15 o 20 años se hacían cosas más disparadas en el baile. Ahora parece que el flamenco está un poquito mejor.

La bailaora Manuela Carrasco, Manuela Carrasco, acompañada, entre otros, por el cantaor José Menese (3d), en la la VIII Caracolá Lebrijana, en 1973. / EFE

P: Sus padres estaban relacionados con el flamenco, su padre era bailaor, pero ellos no querían que usted se dedicara al baile. ¿Cómo recuerda su infancia, tuvo que luchar mucho para ser bailaora?

La bailaora Manuela Carrasco, acompañada, entre otros, por el cantaor José Menese (3d), en la la VIII Caracolá Lebrijana, en 1973.

La bailaora Manuela Carrasco, Manuela Carrasco, acompañada, entre otros, por el cantaor José Menese (3d), en la la VIII Caracolá Lebrijana, en 1973. / EFE

R: Yo era una niña que desde los cinco o seis años estaba enamorada del flamenco y del baile, pero eran unos años muy duros, era todo muy difícil, aunque era la época dorada del flamenco y había gente grandiosa en el flamenco, pero había que luchar mucho. Mi padre nunca me veía preparada para estar a la altura y me tiraba los zapatos. Yo estaba empeñada en ser bailaora y dormía con los zapatos debajo de la almohada para que no me los quitara. Siempre tuve claro que me iba a dedicar a esto y luché mucho por conseguirlo.

P: Ha compartido cartel con grandes nombres del flamenco. ¿Qué momentos atesora de su trayectoria?

R: He tenido una vida muy grande, muchísimos y maravillosos momentos especiales, pero lo que más recuerdo son mis principios. Yo empecé en Málaga, pero donde yo me sentí artista de verdad fue en el tablao La Cochera, en Sevilla, porque había grandes artistas y no me podía creer que estaba con ellos. Allí aprendí muchísimo.

P: ¿A quiénes admiraba entonces?

R: A Matilde Coral, Rafael el Negro, Farruco, Manuela Vargas... Fue una época de grandísimos artistas.

P: ¿Y ahora se siente referente de las más jóvenes?

R: Bueno, algunas me imitan y lo hacen bien, pero otras, pues no, pero es precioso que te tengan en la mente, es importante.

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