Estreno de cine

Vuelve ‘El cuervo’, ¿el fin a tres décadas de maldición?

El proyecto empezó hace 15 años y han estado vinculados temporalmente a él actores como Jason Momoa, Bradley Cooper, Mark Wahlberg y Channing Tatum, guionistas como el músico Nick Cave y directores como los españoles Juan Carlos Fresnadillo y F. Javier Gutiérrez. Ninguno de ellos ha acabado en la versión final que se estrena este viernes

Bill Skarsgård y el malogrado Brandon Lee en 'El cuervo'.

Bill Skarsgård y el malogrado Brandon Lee en 'El cuervo'. / EPC

Nando Salvà

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Tanto en el mundo de Hollywood como en el de los cómics, los muertos están permanentemente a la espera de ser resucitados. Y por eso tiene sentido que, en forma de ‘reboot’, ‘El cuervo’ (1994) cobre nueva vida 30 años después de erigirse en película de culto gracias a su entonces novedosa manera de barnizar convenciones del cine de terror y del de acción a base de estética ‘MTV’ y, sobre todo, al terrible suceso ocurrido durante su rodaje: la muerte accidental del actor Brandon Lee, a los 28 años y a punto de alcanzar el estrellato, a causa de un disparo.

Dirigida por Rupert Sanders, la nueva versión llega a los cines tras un proceso de gestación tortuoso. El proyecto empezó su desarrollo hace 15 años, y a lo largo de ese tiempo han estado vinculados temporalmente a él actores como Jason Momoa, Bradley Cooper, Mark Wahlberg y Channing Tatum, guionistas como el músico Nick Cave y directores como los españoles Juan Carlos Fresnadillo y F. Javier Gutiérrez; ninguno de ellos ha acabado figurando en sus créditos. Pese a esa accidentada trayectoria, la película aspira a acabar con la maldición que parece pesar sobre ‘El cuervo’, una marca asociada a la tragedia desde mucho antes de lo ocurrido a Lee.

La cantante FKA Twigs en el nuevo 'remake' que se estrena este viernes de 'El cuervo'.

La cantante FKA Twigs en el nuevo 'remake' que se estrena este viernes de 'El cuervo'. / EPC

Ya la novela gráfica que sirvió de modelo a la película de 1994 había sido producto del dolor y el duelo. Su autor, James O’Barr, la concibió después de que, teniendo él 18 años, su novia fuera asesinada por un conductor borracho. O’Barr invocó su rabia y su tristeza para dar forma al protagonista del cómic, Eric Draven, un guitarrista de rock que, tras ser brutalmente asesinado junto a su chica, revive de entre los muertos gracias a la intervención de un cuervo sobrenatural para vengarse de sus verdugos. Con ese fin se inspiró tanto en la música y la iconografía de bandas como Joy Division y The Cure como en páginas de Edgar Allan Poe, H. P. Lovecraft y Bram Stoker, entre otros autores. 

Kirsten Dunst en la segunda película que se rodó de 'El cuervo'.

Kirsten Dunst en la segunda película que se rodó de 'El cuervo'. / EPC

Los productores de la que acabaría siendo la primera adaptación cinematográfica de ese libro ya habían encargado su dirección a Alex Proyas -entonces curtido exclusivamente en el ámbito de la publicidad y el videoclip- cuando, al parecer, recibieron en sus oficinas un mensaje telefónico anónimo que les avisaba de que pasarían cosas muy malas si hacían la película. ¿Cómo culparles por haber hecho caso omiso?

Desde el principio, la filmación estuvo envuelta de una atmósfera de caos que las gélidas temperaturas -se rodó casi por completo de noche- y las prisas derivadas de las estrecheces presupuestarias contribuyeron a intensificar, y en sus primeros días los accidentes se sucedieron: un electricista fue electrocutado cuando la plataforma elevadora del camión en el que viajaba golpeó un cable de alta tensión, y acabó siendo víctima quemaduras que le deformaron el rostro; un carpintero se atravesó la mano con un taladro, y un especialista sufrió heridas graves tras caer de un tejado; una parte de los decorados quedaron destruidos cuando un miembro del equipo, descontento tras ser despedido, estrelló contra ellos su automóvil, y otros fueron arrasados por los efectos de un huracán. ¿Qué más podía pasar?, sin duda se preguntaban algunos.

La respuesta llegó durante el rodaje de la escena en la que el héroe, tras regresar a casa y descubrir que una banda de maleantes están violando a su esposa, es asesinado a balazos por uno de ellos. La pistola usada para filmarla había sido utilizada dos semanas antes con balas de fogueo defectuosas, y parte de una de ellas había quedado alojada en el cañón; al ser disparada el arma de nuevo, aquel pedazo de plomo salió despedido con fuerza similar a la de una bala real, perforando el abdomen de Lee y desgarrándole la aorta.

El actor falleció tras pasar 12 horas en el quirófano. Dicho de otro modo: murió de un disparo, justo como su personaje en la película; y, también como él, lo hizo poco antes de la fecha en la que tenía previsto casarse con su novia. Y los paralelismos entre realidad y ficción posiblemente contribuyeron a avivar los bulos y las teorías de la conspiración que proliferaron al conocerse la noticia. Se propagaron historias descabelladas que atribuían el asesinato a un escuadrón de ninjas o a las Tríadas chinas, y se habló de una vieja leyenda según la que la familia Lee sufría la persecución de un demonio que quería acabar con todos sus hijos varones: el padre de Lee, el legendario actor y artista marcial Bruce Lee, había muerto justo dos décadas antes con solo 32 años y, aunque aparentemente causada por una hemorragia cerebral, su muerte aún hoy sigue envuelta de interrogantes.

Brandon Lee en el rodaje de 'El cuervo', hace 30 años.

Brandon Lee en el rodaje de 'El cuervo', hace 30 años. / EPC

Tras el suceso, Proyas quiso abandonar la película, pero lograron convencerle para que la terminara a modo de homenaje tanto a Lee como a su prometida. Finalmente, ‘El cuervo’ fue completada recurriendo al uso de dobles y retoques digitales y, sin duda gracias en parte a la morbosa fascinación generada por su intrahistoria -aún inevitable al ver la película hoy-, fue triunfo en la taquilla.

Desde entonces, Proyas ha declarado en repetidas ocasiones -la última de ellas, sin ir más lejos, hace solo unas semanas, que aquella película es como el epitafio de Lee, y que la única forma de respetar su legado sería dejarlo intacto. Nadie le hizo caso, por supuesto.

Las tumbas de Bruce Lee y su hijo Brandon Lee, ambos fallecidos prematuramenre y en cirscunstancias extraordinarias.

Las tumbas de Bruce Lee y su hijo Brandon Lee, ambos fallecidos prematuramenre y en cirscunstancias extraordinarias. / EPC

La nueva película no es sino la quinta perteneciente a una saga que también ha generado una serie de televisión y dos proyectos de secuela, uno dirigido por Rob Zombie y el otro por el rapero DMX, que no llegaron a salir adelante. Al hablar de ella en los últimos meses, Sanders ha tratado de distanciarla de la original -las secuelas previas, al fin y al cabo, fueron acusadas de explotar la tragedia- al tiempo que la describía como un homenaje a Lee.

Sea como sea, y pese a ser muy distinta -es, sobre todo, una historia de amor, aunque una llena de imágenes de espadas que atraviesan bocas, ojos y cráneos-, al ver esta versión de ‘El cuervo’ es inevitable pensar en aquella, más que nada para echarla de menos. Las críticas extremadamente negativas de la que llega precedida a España están del todo justificadas. ¿Podría significar su mala acogida el fin definitivo de la saga y, por consiguiente, un descanso definitivo para la memoria de Lee? Más vale no apostar por ello.

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