60 años de un icono del cómic

Diccionario Mafalda: Cosas que quizá no sabes de "la nena" de Quino

El 29 de septiembre se cumplen seis décadas de la publicación de la primera tira del rebelde personaje creado por el dibujante argentino en 1964. Varias reediciones acompañan este 2024 al completo ensayo ilustrado 'Universo Mafalfa'

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Detalle de la portada de 'Universo Mafalda'.

Detalle de la portada de 'Universo Mafalda'.

Anna Abella

Anna Abella

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60 años se cumplen este 29 de septiembre desde que la perspicaz, inconformista y contestataria Mafalda se empeñara en denunciar los males de un mundo, que hoy sigue tan o más enfermo que entonces. Su padre, el dibujante argentino Quino, fallecía en 2020, pero dejaba un legado elogiado entre otros muchos por García Márquez, Umberto Eco o Julio Cortázar, quien dijo: "No tiene importancia lo que yo pienso sobre Mafalda. Lo importante es lo que Mafalda piensa de mí".

Este 2024, la efeméride ha impulsado en Lumen el rescate de ‘Todas las tiras’ y su versión en catalán, el recopilatorio ‘La vida según Mafalda’ (septiembre), la edición de aniversario de la lata con los 11 volúmenes originales (noviembre), y, sobre todo, el cuidado y ameno ensayo-homenaje ‘Universo Mafalda’, de la periodista cultural, editora e investigadora argentina Judith Gociol. Cada capítulo, profusamente ilustrado, ofrece un quién es quién, contextualiza el momento, destaca frases, cartas de lectores y curiosidades de “la nena”, su creador, sus padres, su hermano Guille y sus amigos Felipe, Manolito, Susanita y Miguelito. Una fuente inmejorable para construir un diccionario de Mafalda.  

Aniversario

Aniversario

70 años hará en noviembre de la primera publicación de una viñeta de Quino, en 1954. Era esta una página de chistes gráficos sin texto, en la revista ‘Esto es’, que significó, confesaría, el momento más feliz de su vida. Una década después, el 29 de septiembre de 1964 se publicó la primera tira de Mafalda, en la revista ‘Primera plana’, gracias al jefe de redacción, Julián Delgado, amigo de Quino desaparecido en la última dictadura militar. En realidad, el personaje llevaba un año en un cajón. La alumbró para una campaña publicitaria de electrodomésticos Mansfield (de ahí la M de Mafalda), con una familia que debía recordar a los Peanuts de Charles M. Schulz, pero no cuajó. 

Primeras viñetas de Mafalda, de septiembre de 1964.

Primeras viñetas de Mafalda, de septiembre de 1964. / Quino

Beatles / Bond

Beatles / Bond

La pasión de Mafalda por los Beatles es inversamente proporcional a su odio por James Bond. En las tiras aparecen discos de vinilo como ‘Rubber Soul’ y ‘Abbey Road’, que escucha en su tocadiscos en unos años 60 en que los de Liverpool eran sinónimo de revolución. Contagia su fanatismo a sus amigos, excepto a Manolito. "La nena" también admiraba al audaz Pájaro Loco, considerado el personaje más políticamente incorrecto de los dibujos animados estadounidenses de los años 40. 

Viñeta de Mafalda.

Viñeta de Mafalda. / Quino

Censura

Censura

"En las primeras redacciones que recorrí me advirtieron prontamente que había temas, como el sexo, los militares y la represión, que no se podían tocar. Así uno aprende a autocensurarse y encuentra maneras de evitar el control", dijo Quino. Así, colaba referencias a las huelgas y luchas sociales o a la represión. Al ver a obreros taladrando el pavimento, Mafalda piensa que intentan hacer confesar a la pobre calle, y siempre tiene a punto "el palito de abollar ideologías". Recordaba el dibujante cómo en la España de Franco le obligaron a publicar las tiras con el aviso de ‘Solo para adultos’. "Mafalda y sus amigos son demócratas y antifascistas", recalcó cuando en 1985 utilizaron los personajes como emblemas franquistas.  

Quino, junto a una reproducción de Mafalda.

Quino, junto a una reproducción de Mafalda. / AFP / MIGUEL RIOPA

Dibujante

Dibujante

Cuando Quino tenía tres años, su tío pintor y dibujante publicitario, Joaquín Tejón, le entretuvo a él y a sus dos hermanos con dibujos sobre un papel. Desde aquel día supo que "quería ser como él, dibujante". A los 12 entró en la Escuela de Bellas Artes de su Mendoza natal, pero la abandonó "cansado de dibujar ánforas y yesos" y marchó a Buenos Aires para dedicarse al dibujo humorístico. Quien se consideraba un "obrero del dibujo" esperaba que su trabajo sirviera "para cambiar algo las cosas".  

Éxito

Éxito

Las tiras de Mafalda se han publicado en 50 países y ha vendido más de 50 millones de ejemplares en todo el mundo. A España llegó en 1970, de la mano de Esther Tusquets, y desde entonces sigue fiel a la editorial Lumen.

Los amigos de Mafalda Manolito, Felipe, Susanita, Miguelito, su hermano Guille y Libertad.

Los amigos de Mafalda Manolito, Felipe, Susanita, Miguelito, su hermano Guille y Libertad. / EP

Felipe

Felipe

Tierno e idealista, encarna la infancia del propio Quino, apasionado de los tebeos, a quien le aburría estudiar e ir al colegio y quien, como su personaje con Muriel, con seis años tuvo un amor platónico e inconfesado, la hija del lechero del barrio. En lo físico, se inspiró en su amigo periodista Jorge Timossi, y sus frases pueden ser tan agudas como las de su amiga Mafalda: "No sería hermoso el mundo si las bibliotecas fueran más importantes que los bancos". 

Guille

Guille

Nació el día en que Quino debía entregar su tira diaria al periódico argentino ‘El Mundo’ y se quedó en blanco. No se le ocurría nada, pensó en las cartas de algunos lectores que le habían sugerido que le diera un hermanito, y presentó a la madre de Mafalda, Raquel, embarazada. Era diciembre de 1967 y el diario cerró. La siguiente historieta llegó seis meses después en el semanario ‘Siete días’ ya con el pequeño y tierno Guille, siempre enganchado a su chupete, colado por Brigitte Bardot y tan rebelde y contestatario como su hermana, que le mima y protege. "Hace tantas preguntas que el pobre, al año y medio, ya es candidato a los gases lacrimógenos", decía ella.

Tira de Mafalda

Tira de Mafalda / Quino

Globo terráqueo

Globo terráqueo

Se impone repetir letra. "Me parezco a Mafalda cuando escucho noticieros y me hago mala sangre por todo lo terrible que pasa en el mundo", asumía Quino, que en 2008 añadía que el mundo tal cual estaba entonces era "un desastre y una vergüenza". Él había hecho que su personaje interpelara a menudo a un globo terráqueo, símbolo que concentraba todos los males del planeta, que Mafalda califica de "manicomio redondo" y "enfermo incurable" y que cuida como tal, abrigándolo en la cama, poniéndole el termómetro, y hasta intenta mejorarlo con las cremas de belleza de su madre. "¿Y por qué habiendo mundos más evolucionados yo tenía que nacer en este?", se pregunta, un lugar donde "hay cada vez más gente y menos personas", añade en otra tira. 

Mafalda y su 'mundo enfermo'.

Mafalda y su 'mundo enfermo'. / Quino

Humor

Humor

"No admito el humor chabacano y grosero que llena todas las televisiones", recalcaba Quino, quien en toda su obra dio ejemplo de un humor inteligente y crítico, certero y de fina ironía, que utilizó para exponer sin remilgos las vergüenzas humanas. Con el mismo afán de dar en la diana de los problemas del mundo, cuando en 1973 decidió dejar a Mafalda tras diez años y casi 2.000 tiras, se volcó en las viñetas humorísticas, que publicaría en libros como ‘Quinoterapia’, ‘Simplemente Quino’ y ‘¿Quién anda ahí?’.  

Ideas

Ideas

"Lo importante es que una idea sea buena. Si lo es, ¿qué importa que sea política, de humor negro o de humor rosa? Uno cree que a estas alturas no se puede hacer ya el chiste del náufrago en la isla, pero si es bueno, sirve lo mismo", opinaba Quino. Por otra parte, supo impregnar a Mafalda de sus propias ideas, de su "concepción filosófica y políticamente humanista, convirtiéndola en portavoz de los excluidos del orden internacional", escribe Gociol. Sus reflexiones críticas, capaces de sacar los colores a la humanidad por las injusticias, las guerras o el racismo, son de absoluta vigencia. 

Juan José Campanella

Juan José Campanella

El argentino dirigirá la nueva serie animada de Mafalda, recién anunciada por Netflix pero aún sin fecha de estreno. En 1973 ya vio la luz en la televisión argentina una versión animada con 260 tiras de 90 segundos cada una, aunque Quino no quedó del todo conforme con las voces ni con "cierto mensaje edulcorado de los personajes". Mejor fue en los 90, en una coproducción española y cubana, con 104 cortos de un minuto, dirigida por el dibujante y Juan Padrón. 

Libertad

Libertad

Fue la última en llegar a la ‘troupe’. La incisiva y revolucionaria Libertad encarna a los jóvenes politizados. "Para mí, lo que está mal es que unos pocos tienen mucho, muchos tienen poco y algunos no tienen nada", clama.  

Manolito y Miguelito

Manolito y Miguelito

Admirador de Rockefeller e hijo de inmigrantes españoles que regentan un colmado, Manolito es un embrión de empresario, mercantilista y que solo piensa en hacer negocio. Miguelito, cándido nieto de un admirador de Mussolini, es egoísta, ególatra y odia pasar inadvertido. "Francamente, no sé qué haría yo sin mí", afirma.

Mafalda

Mafalda / QUINO

Nervocalm

Nervocalm

Felipe, Mafalda, su madre y especialmente su padre son asiduos a este tranquilizante en gotas o comprimidos compuesto de extractos de valeriana, pasiflora y tilo, plantas con propiedades relajantes. Tanto, que su farmacéutico llega a decir: "Estoy empezando a notar que juego un papel importante en el metabolismo de esta familia".  

ONU

ONU

"Cuando sea grande voy a trabajar de intérprete en la ONU. Eso sí, vos prometeme que vas a durar hasta que yo sea grande, ¿ehé?", le dice Mafalda a su Globo terráqueo en una viñeta. En otra, reitera su futura profesión de forma práctica, porque así, cuando unos digan que el país del otro es un asco ella podrá traducir que es un encanto y contribuirá al diálogo. Su obsesión, la paz, palabra que ha construido con unos cubos que el tanque de juguete de Guille y Miguelito derrumban en una viñeta...

Papá

Papá

No tiene nombre. Es Papá, tiene 37 años, trabaja en una compañía de seguros y su ‘hobby’ es cultivar plantas. Su familia es espejo de las contradicciones y frustraciones de la clase media argentina. Logra comprarse a plazos un humilde Citroën 2CV, según Mafalda, "uno de los pocos autos en los que lo importante sigue siendo la persona". Suelen noquearle las preguntas de su hija, que en el Día del Padre le perdona por haberla traído a un mundo como este. 

Quino

Quino

Siempre tímido, humilde y más bien pesimista, Joaquín Salvador Lavado Tejón (1932-2020) fue Quino ya en el ámbito familiar, para diferenciarle de su tío Joaquín. Menor de tres hermanos, con 16 años ya había perdido a sus padres. Se casó con la doctora en Química Alicia Colombo, que siempre le estimuló y que él reivindicó "clave" en la publicación y difusión internacional de Mafalda. Nunca tuvieron hijos, "no querían sumar un niño más a un universo del que desconfiaban", dice Carlos Ulanovsky en el prólogo de ‘Universo Mafalda’. Reconocido en 2014 con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, murió a los 88 años en su Mendoza natal, tres años después que su mujer.  

Raquel

Raquel

La mamá de Mafalda debe el nombre a Raquel Tenenbaum, amiga dentista de Quino. Con reflexiones como "Claro, lo malo es que la mujer en vez de jugar un papel, ha jugado un trapo en la historia de la humanidad", a través del personaje habla de temas que empiezan a despuntar en la época como la igualdad entre hombres y mujeres, las mujeres y el trabajo fuera del hogar, el feminismo o la libertad sexual. En una viñeta, la hija ve a la madre barrer, limpiar, fregar… y le pregunta "Mamá, ¿la capacidad de triunfar o fracasar en la vida, es hereditaria?". Lamenta que su mamá dejara la universidad para casarse, pero esta, aunque no sin frustración, le responde: "Tienes razón, Mafalda, si no me hubiese casado tendría un título, pero vos no estarías en este mundo".  

Mafalda, la sopa y mamá.

Sopa

Sopa

A Quino le encantaba la buena sopa casera y prefirió que Mafalda la odiara, como "gesto simbólico contra las imposiciones y autoritarismos" y, en concreto, como alegoría de la dictadura argentina, "por todo lo que nos querían hacer tragar. A mí sí me gusta la sopa pero no cuando te la imponen, como los regímenes militares". Por ello se indignó ante la propuesta de una empresa de publicitar sus caldos. "Según ellos, a Mafalda le gustaría ahora la sopa, pero solo de su marca. ¡Ni por toda la plata! Me da la sensación de que no entendieron mi trabajo o, lo que es peor, sí lo entendieron y no lo respetan". 

Susanita

Susanita

Apegada a la figura femenina tradicional, solo desea casarse y tener hijos y llevar un alto tren de vida. "Odia a los pobres, las ideas incómodas, los divorcios", es "chismosa por ‘hobby’, altanera, envidiosa, llena de prejuicios y discriminaciones de clase". Mientras ella dice "¡Cuando sea grande quiero tener muchos vestidos!", su amiga Mafalda añade: "¡Y yo mucha cultura!". 

Mafalda y la radio

Mafalda y la radio / Quino

Tele y radio

Tele y radio

Quino siempre criticó, no el medio audiovisual, sino algunos de sus contenidos. Mafalda solo hacía que reclamar a su padre que comprara un televisor porque no tenerlo era "ser un bicho raro". Cuando lo tuvieron, ella misma dice pasando frente a él: "¡Qué asco de programa!". Al ver que está desenchufado, rectifica: "Discúlpame, es la costumbre". En cuanto a la radio, fue omnipresente en la infancia del autor: sus padres, andaluces republicanos que emigraron a Argentina en 1919 escuchaban en ella las noticias de la Guerra Civil española. "En mi casa, los cajones estaban llenos de escarapelas de la República y la guerra se seguía al día -contaba-. Cada ciudad que caía en manos franquistas provocaba el llanto de todos. Se organizaban colectas, y recuerdo a mi madre tejiendo medias de lana para los refugiados"

Unesco

Unesco

En 1979, Quino fue elegido para ilustrar un especial por los 20 años de la Declaración de los Derechos del Niño. A través de varias tiras, Mafalda y sus amigos aportan comentarios como "Venimos por la vacuna contra el despotismo". Ella concluye: "Y estos derechos... a respetarlos ¿eh? ¡No vaya a pasar como con los diez mandamientos!". 

Vietnam

Vietnam

La abuela comunista de Quino, una mujer simpática y con sentido del humor, hablaba constantemente de las atrocidades de la guerra de Vietnam y del Chile de Pinochet. En ella se inspiró para Mafalda, representante de la generación de los 60 y 70 que tildaba a la anterior de conservadora y conformista. 

Quino, dibujando a Mafalda en Gijón.

Quino, dibujando a Mafalda en Gijón. / EFE / JUAN GONZÁLEZ

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Forzando la letra en inglés, en internet circula una viñeta de Mafalda donde grita "¡Paren el mundo, me quiero bajar!". Aunque encaja 100% con su filosofía y tienta a muchos a adoptarla, Quino no es su autor. 

Zapatos

Zapatos

Se sentía "como un zapatero que siempre hace los mismos zapatos", explicaba Quino sobre los motivos que le decidieron a dejar de dibujar a Mafalda, "lo más valiente" que hizo en su vida, admitió. Se sentía encorsetado en una tira de personajes fijos, no estaba cómodo haciendo siempre el mismo trazo y no quería repetirse, por tanto, "lo más honesto" era acabar la historieta, repetía. Le apetecía dedicarse de lleno al humor gráfico y creía que ella opacaba el resto de su producción. Llegó a decir que "los mejores días" los pasó cuando no tuvo que dibujarla y que le parecía "demasiado declamatoria y sobreactuada" y "la más durita, la menos espontánea" de sus personajes. Al final se reconcilió con su nena.