El doloroso crepúsculo de "el hombre más guapo del mundo": enfermo y bajo tutela en París

Alain Delon ha tenido un penoso ocaso, pasando sus últimos años en su finca de Douchy, gravemente enfermo y bajo tutela forzada por los tribunales. Un derrame cerebral seguido de un hematoma subdural agudo, en el verano de 2019, a la edad de 83 años, marcó el inicio de la decadencia del actor, que también padecía un linfoma tipo B, un cáncer del sistema linfático. Operado en la Pitié-Salpêtrière de París, permaneció en cuidados intensivos durante tres semanas, antes de descansar en una clínica de Suiza.

Después de eso, Delon no volvió a aparecer en público y dio raras noticias en fotografías familiares publicadas por sus hijos en las redes sociales.

Sin embargo, viajó, muleta en mano, en compañía de su hijo Anthony, para el último homenaje a Jean-Paul Belmondo, en septiembre de 2021.

Su deterioro se aceleró en el verano de 2023, en un contexto de graves disensiones entre sus hijos y su cuidadora, la japonesa Hiromi Rollin, a su lado en Douchy-Montcorbon (Loiret), a 120 km al sur de París. Los hijos de Alain Delon presentaron denuncias contra ella por violencia contra personas vulnerables y abuso de debilidad. Siguieron meses de disputas judiciales y mediáticas entre Anouchka, Anthony y Alain-Fabien Delon, los tres hijos del actor, sobre su cuidado, en Suiza o Francia, antes de que la justicia tomara el control y ordenara a un médico, a principios de 2024, que evaluara su estado de salud.

En enero de 2024 su hijo Anthony lo describió como un hombre "debilitado" y que "ya no soporta verse así, disminuido". En esa fecha el actor lanzó un comunicado despidiéndose de sus seguidores y habló abiertamente de estar a favor del suicidio asistido, pidiendo la eutanasia.

“No habla mucho, le cansa o le molesta cuando le hacemos repetir, porque su voz ya no siempre es audible”, decía por entonces Anthony sobre Alain.

"A veces está allí, a veces en otro lugar, hay días con y días sin (...). Se da cuenta y se olvida, refugiándose en sus pensamientos. La mayoría de las veces, no sabemos realmente lo que está pasando en su cabeza", continuaba su hermano Alain-Fabien.

Bajo "tutela forzada"

Tras pasar su situación por los tribunales, ocho meses antes de su muerte, Alain Delon fue puesto "bajo tutela judicial" por un juez. El magistrado designó un representante legal, que debería asistir al actor "en su seguimiento médico" y en la elección de sus cuidadores.

En primavera, la medida se transformó en "tutela reforzada", una medida adicional que le privaba de total libertad para gestionar su patrimonio y le permitía tomar determinadas decisiones sobre su atención médica.

Esa medida fue calificada entonces de “excesiva” por su hija Anouchka Delon. “No ha perdido la cabeza”, “ve las noticias, se expresa”, afirmaba su abogado Frank Berton.

En abril, él mismo había firmado el prefacio de un libro que le fue dedicado ("Alain Delon, Amours et Mémoires", de Denitza Bantcheva). “El amor siempre me ha impulsado a superarme a mí mismo”, escribe Delon en ese libro, donde confesaba que quería “ser el mejor, el más bello, el más fuerte”.

“Si tengo que morir mañana”, escribió el actor, “Dios quiera que sea de amor, y parafraseando a Musset, me gustaría que dijeran de mí: sufrió muchas veces, a veces se equivocó, pero amó. Fue él quien vivió y no un ser artificial creado por su orgullo y su aburrimiento".