Entrevista

John Langan: "El atractivo de ‘Juego de Tronos’ o ‘Blackwater’ está en que son sagas familiares"

El escritor estadounidense, profesor y miembro de la junta del premio Shirley Jackson, analiza el estado del género de terror y misterio (y las razones del 'revival' de Michael McDowell)

Más allà de ‘Blackwater’, un torrente de novelas de terror

El escritor norteamericano John Langan, en Avilés

El escritor norteamericano John Langan, en Avilés / Ricardo Solís / LNE

Avilés

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John Langan (1969), más allá de ser el autor de interesantes novelas (‘El Pescador’) y colecciones de relatos de terror (‘Bocadáver y otras biografías’) publicadas en España por La Biblioteca de Carfax, tiene en tanto que ensayista, profesor y miembro de la junta del Premio Shirley Jackson, el Oscar del género, una posición privilegiada como observador del estado de salud de la narrativa de terror, horror y misterio, al menos en lengua inglesa. Pasó por España como invitado en el festival Celsius 232 de Avilés.

¿Cuál es su diagnóstico? 

La salud del género en su conjunto es buena. Por un lado, tenemos escritores como Stephen King, que tiene 76 años y sigue publicando buenos trabajos. Igual que escritores jóvenes de poco más de 30 años. Las tendencias que veo ahora son un cierto retorno al tipo de ficción con inflexión social que escribiría Stephen King. En los 80, una de las cosas que hizo que tuviera tanto éxito fue su retrato de la vida de la clase media-baja estadounidense en ese momento. Y eso se está haciendo ahora, con ficción de terror que se interesa en la vida de la gente normal. Paul Tremblay, o Stephen Graham Jones. Y que además están ampliando el rango de personas que representan, más allá del hombre blanco heterosexual, como yo, vamos.

¿Y encuentran lectores?

King, o ellos, son autores de gran éxito, aunque el modelo editorial de EEUU se haya polarizado entre grandes nombres de venta segura en las grandes editoriales y la edición independiente, con una clase media que está desapareciendo.

Esta ampliación de horizontes es algo que también está pasando en el campo de la fantasía.

Absolutamente. Los premios Bram Stoker (Reino Unido) y Shirley Jackson (EEUU) acaban de ser para ‘The reformatory’, de Tananarive Due. Se basa en parte en una escuela muy famosa en Florida donde se enviaba a niños jóvenes, principalmente a niños negros, como una especie de prisión juvenil. Due descubrió que uno de sus tíos fue enviado allí y murió. Y puedes hacer un paralelismo con lo que hace Jordan Peele en el cine: sus historias son de terror pero también hablan de la relación entre negros y blancos en EEUU. Ahora hay muchos autores que abordan estos temas en su ficción de terror. 

Aparte de la calidad, no sé cómo se mueve el mercado en EEUU. Pero aquí la fantasía se desliza hacia el público juvenil y la gran sorpresa ha sido la irrupción de la serie ‘Blackwater’, que usted conoce bien.

Y tanto. Escribí el prólogo para una edición de ‘Blackwater’ hace varios años. McDowell es alguien a quien tengo muy cerca de mi corazón. Lo interesante para mí es que es una saga familiar en la misma forma que ‘Juego de tronos’ lo era. George R. R. Martin tenía dragones y McDowell esa mujer-caimán, o lo que sea. Pero lo que importa es que la familia, la competencia entre familias, una familia extendida, todo eso puede ser algo fundamental para nuestras vidas. Que sea un drama familiar es posiblemente lo que explica su atractivo. Y que era una novela río (ríe), también en el sentido francés. El elemento de terror se desarrolla durante décadas, sin la urgencia que implica tener que derrotar a una amenaza. Eso es suficientemente diferente y mantiene el interés de la gente. Y además, claro, McDowell era un buen escritor. 

Digamos que del binomio ‘Dinastía con monstruos’, pesa más la dinastía.

Sí. El melodrama, como lo eran esas series de TV. Pero también alguien que no puede ser más literario, como Henry James, es profundamente melodramático. Escribe una novela tardía, ‘Las alas de la paloma’, sobre un hombre y una mujer que no se pueden casar porque son de clases sociales diferentes, y traman un plan para que él pueda enviudar de una mujer rica´y heredar. Podría ser una trama sacada de ‘Dallas’ o ‘Dinastía’, una vez la despojas de la prosa hermosa y la psicología humana de James. Creo que en realidad este tipo de tramas son mucho más comunes en la ciencia ficción, la fantasía, el terror o la novela negra de lo que pensamos. Lo que hacen estos géneros es presentarlas en situaciones extremas. Aunque el monstruo siempre es el monstruo… Puedes tener una cosa y la otra.

Hablando de familia, en sus relatos siempre está allí. Aunque tampoco pueda desarrollar mucho un árbol familiar en un cuento.

Sí. Esa es parte de la razón por la que pasé a escribir historias más largas, no solo historias en las que el personaje cae en una trampa y ya está, o te impresione algo que es repugnante: has de empatizar con el personaje para que lo que suceda realmente resuene en ti. Y a medida que escribía más y más, me di cuenta de que había ciertas cosas en mi propia vida a las que seguía volviendo, ciertas cuestiones de padres e hijos. Y pensé que era, por un lado, totalmente apropiado porque gran parte de la literatura gótica trata sobre la familia y las relaciones familiares. 

Stephen Graham Jones nos expuso su opinión sobre por qué nos gusta el horror. Por el subidón de adrenalina, sí. Pero sobre todo por el alivio posterior una vez todo ha acabado. Pero eso no se aplica a libros como los suyos. Quizá que la amenaza se resuelva o que siga allí porque siempre ha estado sea otro criterio a añadir a la clásica distinción entre la ficción de horror (más física, ligada a un miedo instintivo) y terror (más espiritual, o metafísico). 

Sí, en general mi ficción no termina con una sensación de alivio. Hay cosas que aspiro a que permanezcan en la mente del lector, a las cosas que terminan pero no terminan. Algo más que el truco burdo de las películas de terror que anuncia claramente en un epílogo que vendrá una secuela. Se trata de que sigas sintiéndote incómodo e inseguro. Que algo siga contigo perturbándote. 

McDowell nos ha recordado la existencia del Southern Gothic. Que a parte del Maine de King, hay otros paisajes propicios al terror. Usted es del interior del estado de Nueva York. Y también aparece Escocia en sus relatos.

Mi familia es de Escocia. Y vivo junto al río Hudson, una hora y media al norte de Nueva York. Es un lugar encantador…

¿Y para el terror?

También. Cuando era muy joven leí muchos cómics, con superhéroes que todos vivían en la ciudad de Nueva York. Y pensaba que por qué no podía haber superhéroes en mi pequeña ciudad, así que dibuje cómics ambientados en ella. Cuando descubrí a Stephen King pensé que si iba a escribir una historia de terror, tenía que estar ambientada en Maine. Hasta que me di cuenta de que escribiría sobre su lugar, no sobre el mío. Faulkner y Flannery O'Connor, escritores de lo que se podría llamar Southern Gothic, me hicieron descubrir la importancia de excavar en la historia profunda de tu lugar. Eso es algo más que una fachada, es un suelo rico en el que puedo cultivar. Como Mariana Enríquez con Buenos Aires o con esas regiones fronterizas entre Paraguay y Argentina.