"Me pregunto cuánto pagará este idiota": Revelan burlas de los acusados por la muerte de Matthew Perry

A casi ocho meses del fallecimiento del reconocido actor Matthew Perry, la investigación sobre su muerte da un giro inesperado. Lo que inicialmente se creyó una sobredosis accidental por ketamina, medicamento que utilizaba en su terapia contra la depresión, se revela como un posible homicidio involuntario. Cinco personas, incluyendo su asistente personal y una narcotraficante conocida como la "Reina de la Ketamina", enfrentan cargos por aprovecharse de la adicción del actor para lucrarse, suministrándole dosis letales del anestésico.

El 28 de octubre de 2023, el mundo del espectáculo se conmocionaba al conocer la noticia de la muerte de Matthew Perry, hallado sin vida en el jacuzzi de su residencia en Los Ángeles. Las primeras hipótesis apuntaban a un ahogamiento accidental, pero los análisis forenses revelaron una alta concentración de ketamina en su sangre, muy superior a la esperada incluso si se encontrara bajo tratamiento médico. Este hallazgo encendió las alarmas y dio inicio a una profunda investigación.

Cinco acusados por la muerte por sobredosis de Matthew Perry

Los fiscales a cargo del caso descubrieron una red de narcotráfico que operaba en las sombras, aprovechándose de la vulnerabilidad del actor. Entre los cinco acusados se encuentra Eric Fleming, quien admitió haber distribuido la ketamina que terminó con la vida de Perry. También se encuentra Kenneth Iwamasa, asistente personal del actor, acusado de conspirar para obtener la droga ilegalmente y administrarle la dosis letal. Completan el grupo Mark Chávez, médico que se declaró culpable de participar en la distribución del anestésico; el doctor Salvador Plasencia, quien presumía de las ganancias obtenidas por la venta de la droga a Perry; y Jasveen Sangha, la "Reina de la Ketamina", líder del entramado.

Sangha, quien operaba desde su residencia en North Hollywood, suministraba droga a una selecta clientela de ricos y famosos. La investigación apunta a que era consciente de la peligrosidad de la ketamina, habiendo estado relacionada con una muerte por sobredosis en 2019. A pesar de ello, continuó con su negocio ilícito, llegando a pedir a sus cómplices que borraran mensajes y utilizaran códigos para referirse a la droga, intentando encubrir sus acciones tras la muerte de Perry.

Las autoridades revelaron que los acusados no solo se lucraban de la adicción del actor, sino que también se jactaban de ello. Mensajes intercambiados entre ellos evidencian cómo se referían a Perry como "idiota" y celebraban las exorbitantes sumas que le cobraban por la droga.

La fiscalía sostiene que Iwamasa, sin formación médica y con escaso conocimiento sobre la administración de dosis controladas, fue quien inyectó la ketamina letal al actor. Se estima que en los cuatro días previos a su muerte, Perry recibió más de 20 inyecciones, tres de ellas el mismo día de su fallecimiento.

Este caso ha conmocionado al público y ha puesto en evidencia la vulnerabilidad de las personas que luchan contra la adicción, convertidas en víctimas fáciles para quienes buscan lucrarse con su enfermedad. La justicia continúa su curso, con la sombra del narcotráfico extendiéndose sobre la figura del querido actor. Se espera que el juicio arroje luz sobre los detalles de este entramado y se haga justicia por la muerte de Matthew Perry.