Los misterios del Prado

El secreto mejor guardado de 'Las Meninas' de Velázquez: Rubens está presente en el cuadro

Los expertos han identificado cuadros del pintor flamenco y de uno de sus discípulos, 'Palas y Aracne’ y ‘Apolo vencedor de Pan’, en la obra maestra de Velázquez

Las pinturas, copias hechas por Juan Bautista Martínez del Mazo, decoraban la pared del fondo de la sala principal del cuarto del príncipe del Alcázar de Madrid

En el círculo rojo los dos cuadros vinculados a Pedro Pablo Rubens que aparecen dentro de Las Meninas de Velázquez.

En el círculo rojo los dos cuadros vinculados a Pedro Pablo Rubens que aparecen dentro de Las Meninas de Velázquez. / / MUSEO DEL PRADO/EPE

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El pasado 14 de mayo se cumplieron 40 años de la restauración de 'Las Meninas', encomendada al inglés John Brealey, una decisión que causó un gran revuelo mediático al no ser español. La restauración, sin embargo, fue un gran éxito, al conseguirse retirar el barniz oxidado por el paso del tiempo que le daba una pátina amarilla a una de las obras maestras de la pintura universal.

'Las Meninas' es sin duda la obra en la que Diego Velázquez, a sus 57 años, puso el mayor empeño de su carrera, creando una compleja -y creíble- composición que sigue atrapando a los visitantes como ninguna otra obra del Museo del Prado. Tres siglos y medio después -fue pintada en 1656-, sin embargo, sigue aun manteniendo secretos. 

Devoción de Felipe IV por Rubens

Uno de los mejores guardados, sin duda, o de los que menos se conocen, es de quiénes son los cuadros que decoran las paredes de la escena, sobre todo los que están por encima del propio Velázquez. Apenas son identificables, sobre todo para un neófito, pero, según los expertos, se trataría de dos cuadros vinculados a Pedro Pablo Rubens, un pintor por el que Felipe IV sentía una particular devoción.

En la década de los años 30 del siglo XVII el pintor flamenco recibió de Madrid numerosos encargos para decorar las residencias reales de la capital y sus alrededores. El mayor de estos fue el de decorar la llamada Torre de la Parada, un pabellón de caza situado en las afueras de la ciudad, en el monte de El Pardo, que había construido Felipe II en el siglo XVI y que Felipe IV decidió reformar y ampliar.  

Algunos de los cuadros de Rubens y sus colaboradores que decoraron la Torre de la Parada sirvieron a Juan Bautista Martínez del Mazo, yerno de Velázquez, para hacer -a petición del rey- las copias que luego se exhibían en la sala principal del cuarto del príncipe del Alcázar de Madrid, el antiguo Palacio de los Austrias, que es donde Velázquez pintó 'Las Meninas', un cuadro donde todos los detalles estaban medidos. De hecho, la presencia de estas pinturas vinculadas a Rubens refuerzan uno de los significados del lienzo. 

“Del conjunto de pinturas que se despliegan en las paredes hay dos que son reconocibles para los historiadores y eran reconocibles para los cortesanos de la época, ya que este cuadro es un producto prototípicamente cortesano”, explica Javier Portus, jefe de conservación de Pintura española del Prado, en el coloquio mantenido con Jordi Romeu i Costa, doctor en arquitectura de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura Barcelona (ERSAB), durante el ciclo 'Otros ojos para ver el Prado'. 

Cuadros de Rubens y Jordaens

Las obras en cuestión son ‘Palas y Aracne’ de Rubens y ‘Apolo vencedor de Pan’ de Jordaens, discípulo de Rubens. “Son dos historias”, prosigue Portus, “donde sendos dioses están compitiendo con mortales a nivel artístico, en el caso de Apolo y Pan através de la música y en el caso de Palas y Aracne através de la tapicería, que en esa época estaba a la altura de la pintura”.

“Eso nos introduce en uno de los contenidos del cuadro, que es histórico-artístico. Las Meninas es un retrato colectivo y también una obra donde la idea de la pintura tiene una importancia grande”, explica Portus, que recuerda que las pinturas vinculadas a Rubens aportan al “significado” del cuadro.

Velázquez reinvidica el retrato

Y es que Las Meninas, según el experto del Prado, es “muy importante en la carrera de Velázquez porque es el lugar donde se consagra el retrato común como un género mayor. Desde el Renacimiento había sido un género menor, subordinado a la historia sagrada y mitológica y una de las cosas que más preocupaban a Velázquez era reivindicar el retrato como algo importante, como hace aquí”. Es decir, con la presencia de estos cuadros, colocándolos justo encima suya, venía a reivindicar la importancia del retrato para el arte de la pintura.

Sin duda el cuadro que se identifica con mayor claridad en la obra mayúscula del artista sevillano es 'Apolo, vencedor de Pan', que actualmente El Prado no está exponiendo. Se trata de un óleo sobre lienzo donde Apolo es coronado por Júpiter; Pan toca una tipología de flauta que lleva su nombre, mientras crecen las orejas de Midas, en castigo por haber juzgado injustamente. 

Según explica la pinacoteca madrileña en su página web, pudo haberse pintado sobre un boceto de Rubens, “pero es copia del cuadro del Museo del Prado del mismo título (P015519) firmado por Jordaens”. “Es el único cuadro que se identifica con seguridad entre los que se ven en Las Meninas; el inventario de Palacio confirma que es este ejemplar”, afirma la página web.