En el Guíxols Arena

Gene Simmons, espasmos de Kiss en la noche más ‘heavy’ de Porta Ferrada

El bajista-cantante exhibió su hambre de escenario, tras el final de la banda de su vida, en una noche que contó también con las actuaciones de Motörhits y Obús

Seguidores de Gene Simmons en el escenario con el artista

Seguidores de Gene Simmons en el escenario con el artista / Ferran Sendra

Jordi Bianciotto

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Kiss ya es historia (al menos, en su versión tradicional, de carne y hueso, a la espera de los posibles avatares), pero Gene Simmons se lo pasa pipa invocando a la banda de su vida con este nuevo artilugio que se ha sacado de la manga. Noche de Kiss sin ser Kiss, la de este martes en el Guíxols Arena, en la noche más ‘heavy’ que pueda recordarse en los anales de Porta Ferrada. 

Velada metalera, sí, redoblada por la comparecencia previa de dos bandas propicias al puño en alto y el mar de camisetas negras en la pista. Motörhits, ‘tribute band’ de pro, nos puso en situación con un homenaje bastante literal a la banda del llorado Lemmy Kilmister. Un ‘frontman’ clavado, con sus patillas y su bajo Rickenbacker, y asaltos sin piedad a ‘Killed by death’, ‘Iron fist’ y ‘Ace of spades’. 

Macarrismo ilustrado

Luego, Obús, banda que en los 80 representó la quintaesencia del metal macarra (la música urbana de una antigua civilización) que aguanta el tipo con dos de sus integrantes originales, el ‘vocero’ Fortu, con sus cuerdas vocales en un estado milagrosamente saludable, y el guitarrista Paco Laguna. Ahí estuvo esa glorificación de la delincuencia llamada ‘El que más’ (“levantando un coche / pasándote costo / tirando de un bolso / burlando a la poli”), compatible con la proclama antidroga de ‘Complaciente o cruel’. Medio tiempo sentido, este, pero la especialidad de Obús siempre fue la tralla, trufada con mala uva y costumbrismo cafre, y fueron edificantes sus asaltos a ‘Dinero, dinero’, ‘Prepárate’ y la descarriada ‘Vamos muy bien’ (“borrachos como cubas, y qué”). 

La Gene Simmons Band apareció finalmente (con 20 minutos de retraso) luciendo compacta y fiel al sonido de Kiss desde las primeras cartas: la lejana ‘Deuce’ (del primer álbum, de 1974), la aplastante ‘War machine’ y una rareza que merecería no haberlo sido, ‘Are you ready’. El gran señor del bajo, con su voz robusta marcando estilo, icono andante, pero presto al comentario jocoso en español filo-mexicano (“muchas gracias, putos pendejos”) y a acoger en escena a cuatro jovencísimos fans (con la cara pintarrajeada ‘old fashion’) para compartir la punzante tonada de ‘I love it loud’. 

De Motörhead a Van Halen

Vimos a un Simmons que disfrutaba del grado de libertad e improvisación que le proporciona esta banda, en la que no solo él canta, lo cual le permite descargar responsabilidades. El batería, Brian Tichy, entonó ‘Ace of spades’, de Motörhead (sí, de nuevo). El ‘set’ encajó esa clase de licencias, como una demoledora ‘House of pain’, de Van Halen, versionada a partir de la maqueta de los 70 (que Simmons produjo). Y algunos clásicos semiocultos, como ‘Parasite’ y ‘Charisma’, cruzándose con otra cita al catálogo solista (‘Weapons of mass destruction’) y con todo un hito como ‘Shout it out loud’.

Fue un concierto gratificante para los fans que en el pasado pudieran ansiar ir más allá del tradicional guion ‘stadium rock’ de Kiss, aunque con cierta informalidad flotante que trajo algunas caídas de tensión: el largo diálogo de guitarras, la cháchara con nuevas remesas de fans infantiles y chicas cantoras. Para estas últimas queda el honor de haber cantado con Gene Simmons, ‘The Demon’, una de las cumbres de Kiss, la siempre excitante ‘Rock and roll all nite’