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Crítica de 'La trampa': Un paternal disparate

Un fotograma de 'La trampa', de M. Night Shyamalan

Un fotograma de 'La trampa', de M. Night Shyamalan

Nando Salvà

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'La trampa'

Director: M. Night Shyamalan

Reparto: Josh Harnett, Ariel Donoghue, Saleka Shyamalan, Alison Pill

Año: 2024

Estreno: 9 de agosto de 2024

★★

Nadie espera que una película de M. Night Shyamalan sea lógica pero, incluso teniendo eso en cuenta, sorprende hasta qué punto su nuevo ‘thriller’ es un sinsentido. ‘La trampa’ no solo pone en duda su propia credibilidad sino que la empuja, la tumba a puñetazos y la pisotea, en cada una de sus escenas. Protagonizada por un padre aparentemente amoroso y entregado que asiste junto a su hija al concierto de una diva pop llamada Lady Raven, y que no tarda en revelarse como el asesino en serie al que espera dar caza el enorme operativo policial desplegado en el recinto, es la ficción más ‘hitchcockiana’ del director, tanto porque intenta anteponer el suspense a la sorpresa -que nadie espere de ella el tipo de grandes giros finales que tanto gustan a Shyamalan- como porque trata de hacernos empatizar con el criminal.

Mientras nos lo muestra trazando una estrategia de huida, y esforzándose para que sus tendencias psicopáticas no derruyan su fachada afable, la película no deja de dar arbitrarios bandazos entre la intriga, la comedia y el drama, y eso no es lo único que le impide generar tensión; la trama, además, avanza a base de los golpes de suerte de su protagonista -entre ellos, la estupidez general de los policías que lo acechan- y de un torrente de improbabilidades. Y en lugar de explotar el potencial claustrofóbico de su premisa -metáfora obvia de las ansiedades causadas por la paternidad-, Shyamalan prefiere convertir ‘La trampa’ en bizarro alegato sobre el poder humanitario de la celebridad y, más concretamente, en un escaparate para el lucimiento de su propia hija Saleka, cantante solvente y actriz terrible encargada de encarnar a Lady Raven. Él, eso no lo discutiremos, sí es un padrazo.