Festival Perelada

Yoncheva y Jordi conquistan con la zarzuela en Perelada

La soprano búlgara y el tenor español ofrecen un aplaudido recital con repertorio castizo en una noche para el recuerdo

Recital "Pasión" a cargo de Sonya Yoncheva e Ismael Jordi con Rubén Fernández Aguirre

Recital "Pasión" a cargo de Sonya Yoncheva e Ismael Jordi con Rubén Fernández Aguirre / Miquel González

Pablo Meléndez-Haddad

Pablo Meléndez-Haddad

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El Festival Perelada es, como ya se sabe, un festival con especial predilección por la cuerda de tenor. Y en el haber del certamen faltaba uno de los grandes representantes de la cuerda lírico-ligera del país, el jerezano Ismael Jordi, que con este recital por fin ha debutado ante el público ampurdanés. Lo hacía de la mano de la soprano Sonya Yoncheva en un recital a dúo centrado nada menos que en el repertorio español.

¿Una soprano búlgara cantando zarzuela? Sí, la estrella de la última 'Norma' del Liceu, regresaba a Peralada tras su presentación en 2022 con un programa que se centraba en el género castizo, un repertorio, por otra parte, que el Festival siempre ha sabido tratar con cariño y altura de miras. El programa, que contó con el acreditado en estas lides Rubén Fernández Aguirre desde el piano, ya lo habían probado la soprano y el tenor en octubre del pasado año en Sofía, Bulgaria. Yoncheva es una artista interesada en todo tipo de repertorios, y hasta el Barroco ha formado parte de su trayectoria. En cuanto al género zarzuelístico, su interés es más que evidente, ya que en 2021 ofreció un concierto en el Teatro de La Zarzuela de Madrid interpretando algunas de las romanzas más célebres.

Ismael Jordi, que combina la ópera junto a protagonistas de auténticas obras maestras como son 'Doña Francisquita', 'Los Gavilanes' o 'Luisa Fernanda', comienza el próximo curso nada menos que con 'La Traviata' en su regreso a la Royal Opera de Londres. Por eso no es de extrañar que ambas voces, con la sabia complicidad de Fernández Aguirre, acabaran siendo ovacionadas por un público expectante que había agotado las entradas.

La cantante búlgara, con una dicción española diáfana y más que suficiente, fascinó tanto en sus intervenciones a dúo como en solitario, transformándose con capacidad expresiva en Katiuska, Marola, Valentina o Ascensión, imponiendo unos medios vocales extraordinarios, coloreando con gusto, llegando a los extremos del registro sin problemas y controlando siempre el 'fiato'.

Ismael Jordi, por su parte, brilló con poderío en todas sus intervenciones, como en las romanzas de 'La pícara molinera', 'Francisquita', 'Luisa Fernanda' o en un "Adiós Granada" antológico, profundizando en el texto y sacando partido a su clase, a sus extraordinarios agudos y a su fraseo siempre elegante.

Ambos unieron sus voces en dúos de ‘La tabernera del puerto’ de Sorozábal y de la ópera ‘El Gato Montés’ de Penella, que puso al público en pie, siendo recompensado con tres propinas, la Habanera de 'Carmen', "Rossignol" de 'Le Chanteur de Mexico' y 'Granada' a dúo.

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