Teatro

Crítica de 'Les mans' (Villarroel): escenas de una pareja de ficción

El nuevo texto de Llàtzer Garcia dirigido por Sílvia Munt trata algo tan complejo y universal como las relaciones de amor con el trasfondo de la creación artística.

Un ensayo de  'Les Mans', obra de Llatzer Garcia protoganizada por Raquel Ferri y Ernest Villegas.

Un ensayo de 'Les Mans', obra de Llatzer Garcia protoganizada por Raquel Ferri y Ernest Villegas. / MAITE CRUZ

Manuel Pérez i Muñoz

Manuel Pérez i Muñoz

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Dice el maestro del género, Sergio Blanco, que “la autoficción no está para embellecer nada, sino todo lo contrario”. El debate sobre lo “real” en el arte está en ebullición. El material biográfico tan de moda en libros y guiones ha intentado crear una falsa oposición entre lo verdadero y la ficción de toda la vida. El dramaturgo Llàtzer Garcia es más de inventar personajes y situaciones a partir de su emoción y conocimiento, experiencia pura. En su nuevo texto, 'Les mans' (Villarroel), plantea en segundo plano una penetrante reflexión sobre los peligros éticos y prácticos de querer transformar la intimidad en proyecto artístico. Argumentos para la controversia. 

Suena complicado, pero no lo es, porque fuera del trasfondo filosófico, 'Les mans' se podría etiquetar como un montaje de corte clásico que trastea algo tan universal y recurrente como el amor y la pareja. Paula dirige su primera película basada en la relación sentimental que mantiene con Isaac, que va a ser el protagonista del film. Todo salta por los aires cuando el actor es apartado del rodaje y surgen las dudas sobre la autoría: ¿la historia es de quien la vive, la cuenta o la lleva al cine?

Hay que decirlo más: Llàtzer Garcia está en plena forma como autor. Lo vuelve a demostrar con una pieza profundamente contemporánea, rica en capas y temas candentes como la salud mental, la egolatría o la dicotomía paraíso-prisión que dispara la huida neorrural. Pero además de latir en presente, pesa mucho la tradición, especialmente la cinematográfica. Si en la redonda 'Al final, les visions' la sombra de Hitchcock era evidente, ahora un denso perfume del mejor Bergman impregna la tormenta emocional desencadenada. Sin olvidar alguna referencia escenográfica a Agnès Varda, directora icónica en eso de mezclar vida y obra.