Crítica de cine

'Que la fiesta continúe': Guédiguian, fiel a su mundo

El director marsellés se sirve de la historia de una enfermera que da un giro a su vida a las puertas de la jubilación para reafirmarse en su manera de entender el cine

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Una imagen de 'Que la fiesta continúe'

Una imagen de 'Que la fiesta continúe' / EPC

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'Que la fiesta continúe'

Dirección: Robert Guédiguian

Intérpretes: Ariane Ascaride, Jean-Pierre Darroussin, Gérard Meylan, Lola Naymark

Año: 2023

Estreno: 25 de julio de 2024

★★★

En un momento de evidente (y alarmante) uniformidad narrativa y estética en la comedia (pura o dramática), resulta curiosa y, de alguna manera, admirable la fidelidad del cineasta marsellés Robert Guédiguian al cine que ha hecho toda la vida. Los tiempos cambian, las cosas cambian, pero el director de 'Marius y Jeannette' (1997) y '¡Al ataque!' (2000) sigue fiel a los temas (y a la forma de tratarlos), a su manera de entender y abordar el compromiso político en el cine, al escenario de sus historias (Marsella, su ciudad), al tipo de personajes y a sus actores fetiche, Ariane Ascaride, Jean-Pierre Darroussin y Gérard Meylan.

En 'Que la fiesta continúe', la primera encarna a una enfermera que, a punto de jubilarse, se replantea su vida: su relación con su numerosa familia y su vida dedicada a ayudar a los demás. En paralelo, vuelve a enamorarse. Es innegable la (aparente) facilidad con la que Robert Guédiguian presenta y orquesta a los personajes de sus películas. Los describe con claridad, y con claridad explica sus conflictos y los lazos por los que están unidos. En 'Que la fiesta continúe' todo fluye con naturalidad y se alimenta del evidente y cálido afecto del director (también de los actores) hacia los personajes. Esa es su principal virtud. Se gira un poco en su contra, eso sí, cierta tendencia del cineasta al didactismo, especialmente cuando pone el foco en la dimensión política de su historia.