Festival Grec

Kor'sia une la danza, el humanismo de Petrarca y la crisis climática en 'Mont Ventoux'

El premiado espectáculo de danza contemporánea, ganador de un Max y del premio Fedora-Van Cleef & Arpels recala en el Mercat de les Flors este miércoles y jueves

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Un momento de 'Mont Ventoux'.

Un momento de 'Mont Ventoux'. / Maria Alperi

Marta Cervera

Marta Cervera

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Nueve bailarines protagonizan 'Mont Ventoux', aclamado espectáculo de la aplaudida compañía madrileña Kor'sia de danza contemporánea, en el Mercat de les Flors este miércoles y jueves. Antonio de la Rosa, Mattia Russo (coreografía) y Agnès Lopez-Río (dramaturgia) se inspiran en una carta donde el poeta italiano Francesco Petrarca describe su ascenso al Ventoux, una montaña situada en Provenza. El ascenso y la llegada a la cima es una metáfora de la luz, de la posibilidad de salir de las tinieblas. Esta obra, ganadora del prestigioso premio Fedora y de dos Max (mejor espectáculo de danza y mejor coreografía), está llena de metáforas. Si Petrarca utiliza ese viaje ascendente, idea para superar los años oscuros de la Edad Media, este espectáculo invita a enfrentarse al cambio climático y a las estructuras que sustentan la sociedad actual para abrazar otro tipo de mundo y de relación con la naturaleza.

"La sostenibilidad lo es todo. El hombre no debe estar en el centro sino él y su entorno, en sintonía con él", explican los creadores de esta aplaudida pieza que se inspira en reflexiones de hace siete siglos, pero que cuenta con una moderna puesta en escena. "Todas las imágenes que creamos salen a partir del texto de Petrarca", señalan. En ella juegan con conceptos opuestos. Por un lado, el ser humano que da la espalda e ignora el cambio climático; por otra la persona que está en consonancia con la naturaleza. El espacio escénico es original. Como la obra, se divide en tres partes: la cueva, la calle y la cima. "Hablamos de la necesidad de un nuevo humanismo".

La música también surge de una hibridación entre pasado y presente con un guiño al futuro. El espacio sonoro de Alejandro da Rocha mezcla fragmentos de música renacentista con ritmos electrónicos y ambientales.