Entrevista

Manel Loureiro, novelista: "Los zombis dan miedo porque reflejan todo lo que no queremos ser, porque son la ausencia de la personalidad"

"Empezar con el premio 'Fernando Lara' es fuerte"

Manel Loureiro, ayer, en la calle de la Fruta de Avilés.

Manel Loureiro, ayer, en la calle de la Fruta de Avilés. / / S. F.

Saúl Fernández

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El escritor Manel Loureiro (Pontevedra, 1975) acaba de obtener el premio "Fernando Lara". Lo ha hecho con "Cuando la tormenta pase" (Planeta), un "thriller" sobre el mal más cercano. Se desarrolla en una isla de Ons sitiada por el invierno y la gran tormenta del título. Atiende a La Nueva España, del grupo Prensa Ibérica, en la cafetería La Serrana. En un rato se marcha, sigue la promoción de su novela. Su presencia en Avilés, sin embargo, tiene que más que ver con el papel que desempeñó en la difusión de los zombis en territorio español: es el autor de "Apocalipsis Z", una saga de no muertos entre Galicia y el Cáucaso que en unos meses toma cuerpo de película en Amazon Prime. Por eso ha sido uno de los invitados especiales de esta última edición del Festival Celsius, la que se despidió ayer hasta el próximo año.

Un premiazo, ¿no?

Sí, empezar con el "Fernando Lara" es empezar fuerte y, sobre todo, es empezar a sentir un montón de presión encima.

Explíqueme.

El "Lara" es uno de los premios más importantes que hay en literatura castellana, en todo el mundo: lo ha ganado gente como Terenci Moix, como Ian Gibson, como Francisco Umbral, como Sánchez Dragó, Zoé Valdés. O sea, que la lista de ganadores es la leche.Y, de repente hay un nombre, al final, el último, de momento, que es el mío y tienes esa sensación de irrealidad. O sea, el síndrome del impostor te muerde fuerte en el cuello. ¿Qué haces aquí? Después es cuando te das cuenta de que en el fondo, claro, es recoger un poco lo sembrado: que llevo 18 años haciendo esto y en ese tiempo me ha dado tiempo, nunca mejor dicho, a ir creciendo, a ir madurando, a ir aprendiendo, a ir haciendo cada vez las cosas mejor. Y hemos llegado aquí. Es un momento de reconocimiento, es un momento fantástico. Pase lo que pase, siempre seré un ganador del "Fernando Lara".

Tenemos un "thriller" en la isla de Ons.

Sí, es la historia de Roberto Lobeira, un periodista que es escritor que decide irse a Ons, que es una isla que está en la costa atlántica. Es una isla particular porque en verano es un destino turístico de primer orden: tiene miles de visitantes todos los días, pero en invierno se queda prácticamente va cía porque el servicio de ferry se interrumpe y el único muelle que tiene la isla queda inutilizado por las tormentas, por las ciclogénesis explosivas, como le llaman ahora. Y entonces allí quedan treinta personas viviendo en invierno, en la vida real, con la electricidad racionada: es uno de los pocos sitios en España donde la electricidad está racionada unas horas al día. Es una locura. Pues él llega allí y pronto descubre que los habitantes de la isla guardan un montón de secretos, un montón de misterios y muchas tensiones. Que hay alguien más en la isla aparte de ellos, alguien que le deja regalos sangrientos en la puerta de su casa tratando de decirle algo que él no es capaz de comprender. Que en una esquina alejada vive una vieja medio loca, una meiga. Dicen que tiene una teoría disparatada sobre qué es lo que está sucediendo en la isla. Él no se lo cree. Pero los acontecimientos se empeñan en llevarle a la contraria. Y por si todo esto no fuese suficiente, las olas de la tormenta que les mantienen comunicados arrastran hasta las orillas de la isla un fardo. En Galicia.

Usted fue el que trajo el mundo zombi a España.

Sí. Es una evolución total. Hace 18 años estaba sentado haciendo un blog y… Y explotó todo. Me encantaría decir que todo esto fue una maniobra porque soy muy listo, que fue una maniobra muy meditada, pero le mentiría. O sea, pasaron cosas y me pillaron en medio. Yo trabajaba como abogado, ¿vale?

¿Sigue siéndolo?

No, hace más… Colgué la toga hace 12 años, por lo menos. Yo, de me dedico sobre todo a escribir.

Perdone, continúe.

Yo trabajaba como abogado y estaba saturado de esa literatura jurídica, de ese mundo. Y empecé a escribir un blog buscando lo más alejado de ese ordenado mundo del derecho: un mundo que se hunde en el caos, donde no hay ley ni orden y un abogado es la cosa más inútil del mundo. Y empecé a contarme una historia que estaba protagonizada por un abogado como yo, que vive en Pontevedra, como vivo yo, que tiene un gato, que vivía solo. De repente era como una especie de proyección de qué pasaría si todo eso me pasase a mí. Claro, para mi sorpresa, aquel blog que era a ver si lo lee alguien se transformó en un fenómeno viral.

Un blog a entrada diaria.

Sí, jugaba un poco al folletín, como Dumas. Iba haciendo entradas, como una especie de diario en el que iba haciendo entradas. Había días en que hacía una entrada, días que hacía tres, y de repente tres días en los que no había nada. Entonces a la gente le generaba como una especie de ansiedad y un entrar constante a ver si había algo. Ese blog de repente alcanzó un millón y medio de lectores y, de repente, un día me llaman de una radio de México, y un periódico de Chile, o al revés, no me acuerdo, para hacerme una entrevista. Y yo, ¿qué cojones está pasando? Es que se me ha ido de las manos. De ahí ya saltó a una pequeña editorial, a Dolmen.Y con ellos se transformó en un bestseller. De ahí ya me fui a Penguin Random House, de Penguin Random House ya me fui a Planeta. Por el camino se transformó en un monstruo traducido a veintipico idiomas, se transformó en un bestseller en Estados Unidos, y por el camino el abogado se quedó tirado en alguna esquina.

¿Qué sabía de zombis?

Nivel usuario.

¿Por qué le atraían?

Yo tenía un pequeño trauma infantil. Allá cuando tenía 11, 12 años, pasaban por la tele "La noche de los muertos vivientes", el clásico de Romero.Yo me quedé absolutamente fascinado, pegado a la pantalla. Mis padres, como buen criterio, me dijeron que yo era muy pequeño para ver aquella película. Me mandaron para cama, y yo me fui para cama como un pequeño obediente. Y cuando ellos se acostaron, 10 minutos más tarde yo me levanté, encendí la tele, le bajé el volumen y me vi la película, yo solo a oscuras en el salón. Ahí descubrí varias cosas: que cuando tienes 12 años tienes que hacerle caso a tus padres. Que se pueden tener pesadillas recurrentes durante semanas. Y que, de alguna manera, aquello se quedó grabado en mi subconsciente.

¿Por qué dan miedo los zombies?

Porque reflejan todo lo que no queremos ser, porque son la ausencia de personalidad y eso es una cristalización de nuestros miedos. Los monstruos clásicos son seres atractivos: un vampiro mola, un vampiro es elegante, cruza océanos de tiempo, viste bien..., pero un zombi es horrible es tonto, es lento, huele mal, viste peor, tiene un aspecto espantoso.

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