Festival

John Fogerty dicta una apabullante lección de historia en Cap Roig

El músico californiano, de 79 años, demostró que su presencia escénica y su voz aguantan todavía el peso de los imbatibles clásicos de Creedence Clearwater Revival

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John Fogerty, dándolo todo en el festival de Cap Roig

John Fogerty, dándolo todo en el festival de Cap Roig

Rafael Tapounet

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En enero de 2023, John Fogerty recuperó los derechos de publicación del glorioso catálogo de canciones de los Creedence Clearwater Revival después de un contencioso de casi medio siglo y, para celebrarlo, se lanzó a la carretera en una larga gira mundial que dura ya más de un año. ‘The Celebration Tour’, que así se llama la festiva expedición, hizo parada en el festival de Cap Roig, en la segunda presencia de Fogerty en un escenario catalán en 60 años de carrera, con el único precedente de aquel tardío pero memorable estreno en el Sant Jordi Club en julio de 2009. La cita, por tanto, ya merecía el apelativo de histórica antes de empezar, y lo menos que puede decirse del concierto es que estuvo a la altura del adjetivo.

Después de unprescindible vídeo introductorio centrado en los inicios de su carrera, Fogerty y su banda de cinco músicos (con sus hijos Shane y Tyler en las guitarras) se metieron rápidamente en faena con ‘Bad moon rising’, sólido tótem del rock and roll estadounidense que sirvió al público para comprobar que, a sus 79 años, el venerable John conserva no solo un pelazo envidiable sino también una asombrosa destreza a las seis cuerdas y una garganta fenomenal (su voz no es, claro, el rasposo alarido de antaño, pero sigue resultando altamente expresiva).

Clásico tras clásico

A partir de ahí, con un par de parlamentos intercalados, fueron cayendo, imbatibles y emocionantes, los títulos clásicos de Creedence Clearwater Revival: ‘Up around the bend’, ‘Green river’, ‘Born on the bayou’, ‘Who’ll stop the rain’, ‘Lookin’ out my back door’… Hasta la séptima canción no se animó Fogerty a servir una pieza de su escueta pero muy estimable discografía en solitario, la fantástica ‘Rock and roll girls’. Más adelante, interpretaría también la balada de 1997 ‘Joy of my life’ (que dedicó a su esposa Julie), la abrasiva ‘The old man down the road’ y, ya en los bises, el incombustible himno ‘Rockin’ all over the world’ que hace bien poco versionó Bruce Springsteen en el Estadi Olímpic.

El resto del repertorio salió de los discos de los Creedence con la única excepción de ‘Fight fire’, impetuoso número de rock garajero que el grupo californiano grabó cuando todavía se llamaba The Gollywogs. Además de canciones tan célebres como ‘Hey tonight’, ‘Have you ever seen the rain’ (coreadísima), 'Cotton fields' y ‘Down on the corner’, Fogerty y los suyos visitaron también territorios menos previsibles, como la desmelenada ‘Keep on chooglin’’ (con el cantante haciendo alarde de fuelle pulmonar al soplar la armónica) y la hipnótica ‘Effigy’.

Para el cierre dejaron el vibrante alegato antibélico y antielitista ‘Fortunate son’ (¿conocía Fogerty el poco popular precio de las entradas del concierto?) y, en el territorio de las propinas, un ineludible ‘Proud Mary’ con el público de Cap Roig arrebatado y en pie. Apabullante lección de historia (solo empañada por la enojosa exigencia a los fotógrafos de prensa de que cedieran los derechos de sus imágenes, lo que propició un solidario plante).