Crítica

Un Beczala en estado de gracia inauguró el Festival Peralada

El tenor polaco ofreció un aplaudido programa en el que incluyó canciones de Chaikovsky y una selección de arias operísticas

Concierto de Piotr Beczala, que inaugura hoy el Festival de Peralada

Concierto de Piotr Beczala, que inaugura hoy el Festival de Peralada / Miquel González

Pablo Meléndez-Haddad

Pablo Meléndez-Haddad

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Con la pompa que merece la ocasión y la presencia de representantes de la clase política, empresarial, cultural y de la sociedad civil, arrancó anoche la edición de verano del Festival Peralada 2024 contando con uno de los tenores del momento, Piotr Beczala.

En la Iglesia del Carmen, en la primera cita de un certamen que se extenderá hasta el 11 de agosto, el cantante polaco, que ya ha actuado en dos ocasiones en el festival, ha querido ofrecer un programa con su sello personal; sin olvidarse de la ópera e incluyendo a su idolatrado Stanislaw Moniuszko, dedicó la mitad del programa a nueve de las extraordinarias canciones de concierto de Piotr Ilich Chaikovski, un compositor fascinante y atormentado que plasmó en su música la belleza y la tragedia por la que transitó durante su vida. Con recurrentes problemas económicos y con el alma siempre acomplejada por sulatente homosexualidad, una forma de ser que le significó mil penurias, sus soberbias partituras, ambiciosas y que miran a Occidente en cuanto a forma y contenido, no siempre fueron bien recibidas en su época, cuando imperaba un nacionalismo que exigía teñir de folclorismo las creaciones artisticas para ser aceptadas.

Beczala, acompañado con entera corrección por Sarah Tysman desde el piano, realizó una detallista selección del cancionero del autor ruso, muchas de ellas con unas proporciones y dificultades técnicas y expresivas propias de auténticas arias operísticas, como ha dado a conocer el propio tenor. Los temas los llevó al disco hace un par de años, pero el registro no ha podido ver la luz entre otras razones por la guerra de Ucrania; por lo mismo, el repertorio estaba suficientemente maduro y decantado en la voz del cantante, que lo revisó con ternura, dramatismo y más de un brillante sobreagudo.

La primera parte acabó, siempre con Chaikovski, pero con la conocida aria "Kuda, Kuda" de la ópera 'Evgeni Onegin' ("que perfectamente podría ser una canción más de Chaikovski", según afirma el cantante), y ya con el público metido en el bolsillo, comenzó a abordar arias de algunos de los personajes que le han hecho famoso en todo el mundo, como la del Príncipe de 'Rusalka', de Dvorák, o las dos del protagonista del 'Un ballo in maschera' de Verdi, todo ello, claro está, después de impresionar con el aria del tenor de la ópera 'La casa embrujada' de Moniuszko, autor cuya obra el cantante no se cansa de divulgar porque, asegura, "es tan interesante como hermosa, incluso en comparación con las de Puccini".

Del compositor italiano, precisamente fueron las dos últimas arias del programa, "Recondita armonia" y "E lucevan le stelle", ambas de su consolidado Cavaradossi de 'Tosca', antes de que regalase un par de propinas, incluyendo un 'Core 'ngrato' de fábula.

Suscríbete para seguir leyendo