Festival Celsius 232

"Los zombis subvierten siempre la forma de los estados, desde que el tiempo es tiempo"

El periodista de 'La Nueva España' Saúl Fernández es el autor de 'Avilés zombi'

Saúl Fernández en el parque del Muelle de Avilés

Saúl Fernández en el parque del Muelle de Avilés / Luisma Murias / LNE

Ilián García

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Saúl Fernández es periodista de 'La Nueva España' y escritor. Hace días que ha publicado su decimotercer libro en el que sumerge a Avilés en una invasión zombi. "Avilés zombi" se titula la novela de ciencia-ficción editada por Dolmen. La conversación se desarrolla en el barrio de Sabugo.

"Avilés zombi" es su primera novela de zombis y, encima, la presenta en el Festival Celsius 232 de terror, en casa. ¿Qué le parece?

Por seguir la línea terrorífica iba a decirle que ‘una pesadilla’, pero voy a ser menos creativo. Es un verdadero sueño. No le quepa duda.

¿Qué le llevó a escribir este relato?

Una propuesta de mi editor: Jorge Iván Argiz es el director de la Línea Z de la editorial Dolmen, es decir, es uno de los tipos que más historias de zombis ha leído en su vida. Me dijo que echaba de menos una en Avilés. Y me gustó la idea.

¿Pensó en algo o en alguien?

Por ejemplo, en mi propio editor. Hay en 'Avilés zombi' un personaje que tiene un nombre que se le asemeja. Muere en el primer capítulo.

Mi ignorancia en el género me obliga a preguntar esto: ¿Qué hay de 'The walking dead' en 'Avilés zombi'?

En la serie y en mi novela hay muertos vivientes. Hay una parte en la serie en que llegan a una población amurallada, a Alexandria, pero es para protegerse de los monstruos. En 'Avilés zombi' las murallas existen para que los no muertos no se escapen.

Vayamos al grano, ¿Avilés está preparada para una invasión zombi?

No. Necesita una muralla como Dios manda. Y una empresa de cazadores que se encargue de controlar a los bichos.

¿Se podría hacer un paralelismo entre el 'Avilés zombi' y la vida real?

Se podría hacer. Si lo hace le prometo que el libro resulta tremendamente divertido, pese al hecho de los muertos que no terminan de morir.

¿Es el humor un aliado a la hora de relatar escenas de terror?

–Probablemente sí, pero no estoy seguro del todo. El humor creo que me define más allá de los zombis en los que piense.

El hecho de que el grupo de cazadores tenga comité de empresa y que esté presidido por un sindicalista de La Carriona como Nicomedes Sánchez me hace gracia...

Y a él también. Me lo ha dicho. Y a alguno de sus camaradas de Comisiones.

Nombra a Happy Team, la empresa pública que mata zombis y que no respeta los derechos de sus trabajadores. ¿Ha mirado en algún sitio?

El otro día escuché a un patrón quejándose porque había sido detenido por no sé qué derechos de los trabajadores no respetados.

Además, Asturias es una república.

Los zombis subvierten siempre la forma de los estados. Desde que el tiempo es tiempo.

La obra tiene varios escenarios: La Haya, un barco ruso, el Ayuntamiento de Corvera donde vive el protagonista...

Salen el Parche, la calle de la Cámara… hasta la nave del TBC de Arcelor Mittal.

El comienzo de la novela va de salto en salto a modo de rompecabezas ¿Qué pretende conseguir con ello?

Precisamente eso: que al final quede resuelto el puzzle y el lector, satisfecho.

¿Habrá segunda parte?

Apostaría por ello.

¿Hay algo de autobiográfico?

Nada. O a lo mejor sí. No sé.

¿A cuántos zombis conoce usted?

A unos pocos. Son inmortales.