La Premio Goncourt Leila Slimani y el historiador Patrick Boucheron, autores del guion de la ceremonia de los Juegos Olímpicos de París

La escritora marroquí Leila Slimani, el historiador Patrick Boucheron y la guionista Fanny Herrero ("Diez por ciento") son los autores del guion de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París, un espectáculo que será "lo contrario de una historia heroica", frustrando con "humor" los "clichés".

En una entrevista concedida el martes a Le Monde, Slimani, premio Goncourt 2016 y el historiador del Collège de France cuentan cómo imaginaron, con el equipo del director artístico Thomas Jolly, este espectáculo en el que también ha participado el dramaturgo y actor Damien Gabriac.

Leila Slimani llegó a París cuando tenía 17 años y hoy esta marroquí de lengua francesa, tras ganar el Goncourt por ‘Canción dulce’, es una de las autoras que más profundamente ha sabido indagar en los puentes y las brechas que se establecen entre la cultura europea y la árabe. Macron le ofreció el Ministerio de Cultura pero ella ha preferido no dejar su trabajo y abordar la novelesca historia de sus abuelos en ‘El país de los otros’ (Cabaret Voltaire / Angle), su último libro traducido al castellano.

Fanny Herrero es una popular guionista de televisión francesa. Tras trabajar como actriz de teatro de 2000 a 2006, decidió dedicarse a escribir guiones. En 2014 creó Call My Agent! (Diez por ciento), una serie para la emisora pública France 2 sobre el mundo de los agentes de actores. La serie describe la vida de una agencia de talentos de prestigio después de la muerte accidental de su fundador. En cada episodio, una estrella de cine interpreta su propio papel. Por ella ha desfilado buena parte del cine francés, de Monica Bellucci a Juliette Binoche, Isabelle Huppert o Charlotte Gainsbourg. 

Patrick Boucheron (París, 1965) es uno de los máximos exponentes de la actual renovación historiográfica europea. Catedrático del Collège de France, ha dirigido numerosas publicaciones, y es autor de libros como ‘Conjurar el miedo. Ensayo sobre la fuerza política de las imágenes’ o ‘El miedo. Historia y usos políticos de una emoción’. Anagrama publicará próximamente ‘Fechas que hicieron historias’, una inmersión iluminadora en algunos de los acontecimientos clave de la historia de la humanidad, desde la cueva de Lascaux (hacia el 18.000 aC) hasta la liberación de Nelson Mandela (1990). También el ensayo ‘El tiempo que nos queda’, sobre el avance de la extrema derecha en las últimas elecciones en Francia. 

La ceremonia, que se celebrará el 26 de julio, rompe los códigos y no tendrá lugar en un estadio, sino a orillas del Sena y alrededor de los monumentos emblemáticos de la capital.

En las orillas y puentes, unos 3.000 bailarines y actores representarán 12 escenas artísticas, mientras delegaciones nacionales desfilarán en embarcaciones. Y, no es de extrañar, la ceremonia también tendrá lugar “en el cielo”, indica Thomas Jolly.

Patrick Boucheron dice que se inspiró en "la ceremonia imaginada por Jean-Paul Goude con motivo del bicentenario de la Revolución Francesa, en 1989", que marcó la historia del espectáculo en vivo. "El desfile desbarató los estereotipos nacionales y no tuvo miedo de defender la 'mezcla global' con un optimismo que hoy hemos perdido", opina.

Según él, París 2024 será lo opuesto a la ceremonia de los Juegos de Beijing de 2008, que fueron “una oda a la grandeza y una manifestación de fuerza”. La inauguración de los Juegos Olímpicos debe "hablar del mundo a Francia y hablar de Francia al mundo", será "lo contrario de una historia viril y heroica", con Francia como valor central, "promesa de libertad".

Leïla Slimani evoca una “historia muy generosa”, con “alegría, emulación, movimiento, emoción y brillo, y no sólo esos famosos valores filosóficos tradicionales que Francia exhibe voluntariamente, a veces con demasiado cuidado”. “Jugamos con la imagen que los franceses pueden tener en el mundo (...) Hay mucho humor (...) en nuestro espectáculo”, asegura el novelista.

Preguntado sobre la popular serie "Emily en París", Thomas Jolly cita también la película "El fabuloso destino de Amélie Poulain" y afirma que quería "jugar con los clichés (...) sin burlarse de ellos". Con Thomas Jolly, "no priorizamos ninguna cultura, apreciamos a Molière y Britney Spears, una película de Pasolini o una final de un Mundial de fútbol", declaró Damien Gabriac, que colaboró con él en determinados eventos. 

Dice que trabajó con un “espíritu político unificador, ecléctico, poético, como heredero de Jean Vilar y André Malraux, grandes figuras de la descentralización y de la excepcional cultura francesa”.