Festival Grec

Liddell: “La polémica de 'Dämon' ha sido muy bergmaniana. Creo que él estará feliz y eso me basta”

La autora, performer y directora está feliz con el resultado de su último espectáculo estrenado en Aviñón, que recala a partir del sábado en el Teatre Lliure e Montjuïc con retoques tanto escénicos como de contenido, y defiende la libertad de expresión

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Retrato de Angélica Liddell, actriz, directora y dramaturga.

Retrato de Angélica Liddell, actriz, directora y dramaturga. / JORDI OTIX

Marta Cervera

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Angélica Liddell (Figueres, 1966) ha defendido su espectáculo y sus ataques a la crítica en 'Dämon. El funeral de Bergman', que causaron polémica en el Festival de Aviñón y llevaron a un crítico a denunciarla por injurias.  "Ni siquiera son injurias, sino un juego de palabras", ha dicho la artista, que ha defendido la libertad artística en la rueda de prensa de presentación del espectáculo en el Grec. "La polémica ha sido muy bergmaniana. Ha legitimado la obra. Le ha dado toda la razón a Bergman. Creo que él estará feliz y eso me basta", ha dicho. Se la veía satisfecha con el resultado de su nuevo trabajo que, a partir de este sábado y tras ser recibida con una gran ovación en su estreno en la inauguración de Aviñón, recalará en el Lliure de Montjuïc. No quedan entradas.

Más allá de rentabilizar la polémica, Liddell considera que el crítico que puso la denunció fue demasiado lejos: "No entendió que estaba dentro de una obra de teatro, que el arte está por encima de la vida y no es la vida". Considera que la polémica "ha desvelado que los críticos pueden utilizar mecanismos que no tienen que ver con la libertad de expresión porque ha ido a un una comisaríara poner una denuncia" porque "cuando un crítico, en lugar de recurrir a la libertad de expresión, va a la policía, algo marcha mal", ha apuntado en referencia a la acción emprendida por Stéphane Capron, responsable de la sección de espectáculos en France Inter. Su apellido, muy parecido a cabrón, es algo que resaltó Liddell en la primera parte del espectáculo. En ella queda patente la nefasta relación que el cineasta sueco, en quien se inspira esta pieza, mantuvo con la crítica.

'Dämon. El funeral de Bergman' es la segunda parte de una trilogía inaugurada en el Temporada Alta con 'Vudú (3318) Blixen' que completará con 'Eon' la próxima temporada. Será una obra con imágenes pero sin texto. "Me apetece enmudecer, expresarme de otras maneras a través de cuerpos, cosas y otros universos expresivos. La palabra al final es una condena", ha declarado Liddell, autora, directora y performer de 57 años que mira a la muerte a la cara y al paso del tiempo en la segunda parte de esta trilogía.

Barcelona es el primer lugar donde recala la obra en sala tras el estreno en el imponente 'Cour des Papes' de Aviñón, un espacio al aire libre con siglos de historia al que sacó partido. En esta obra actúa junto a una docena de artistas y una quincena de voluntarios que contrata allí donde va.

Que se prepare la crítica

Su plan es "ir adaptando las dramaturgias" allí donde se represente 'Dämon' e ir enfrentándose a la crítica "de diferentes maneras" pero sin dejar las referencias a la crítica francesa que han servido para armar la dramaturgia original porque son "de grandes medios referentes en el mundo, con un poder impresionante, capaces de poner y quitar gobiernos". Habrá qué ver qué cambios incorpora en el LLiure inspirándose en el espíritu indomable de Ingmar Bergman (1918-2007), autor de 'El séptimo sello' (1957), 'Persona' (1966) y 'Escenas de un matrimonio' (1973).

Pese a la grandeza que adquiere en escena, Liddell se considera frente a las grandes corporaciones como "el hombre solo del tanque en la plaza de Tiananmén". Y añade: "Pertenezco a una estirpe de bufones, de locos, de enajenados, de actores, de denunciados". Haga lo que haga en Barcelona, no dejará indiferente. Que se prepare la crítica.

"Pertenezco a una estirpe de bufones, de locos, de enajenados, de actores, de denunciados"

En la obra participan cuatro actores del Dramaten, el teatro sueco más importante donde el director sueco trabajó, uno de los seis coproductores del espectáculo que cuenta con algunos vestidos utilizados en algunos de sus montajes. Poder trabajar con personas que le conocieron y hasta presenciaron el polémico enfrentamiento con un crítico por el que tuvo que pagar una multa ha sido muy interesante para Liddell, gran admiradora de Bergman.

De él ha leído sus 'Cuadernos de trabajo' (1955-1974), llenos de reflexiones sobre el arte, la creación y el tortuoso camino hasta lograr plasmar aquello que quería. 'Dämon' sigue el guion que el propio Bergman escribió para su sepelio, que diseñó tras ver el entierro del Papa Juan Pablo II y fue a encargar un ataúd idéntico. El creador, uno de los autores y directores de teatro y cine más premiados y reconocidos, dejó hasta apuntado qué música debería sonar. Liddell añade además reflexiones sobre el arte, la vida y la muerte e introduce referencia a 'Un sueño de Strindberg', una de las obras que Bergman más veces montó.