Crónica

Taburete, diversión sin complejos ni claves ocultas en Les Nits de Barcelona

El grupo de Willy Bárcenas y Antón Carreño desató la algarabía y el canto colectivo en los jardines de Pedralbes, dejando claro que ha desarrollado un fuerte vínculo con el público

Jordi Bianciotto

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Cuando aparecieron fueron tratados como una especie de broma andante, pero ocho años y cinco álbumes después, Taburete es una banda asentada que ha sobrevivido al morbo y al prejuicio. Se diría que, por todo ello, sus fans lo son si cabe un poco más que la media de ‘supporters’ de un grupo, y se hacen notar, y se levantan a cantar a pleno pulmón la primera canción (‘5 sentidos’, su entente con el grupo Dvicio), y que se note el apoyo, como ocurrió este lunes en los jardines de Pedralbes, festival Les Nits de Barcelona.

La algarabía que Taburete causa en sus conciertos hace pensar en ciertos fenómenos de fans, si bien en lo suyo hay más sentido de la diversión pura y dura que culto a unos ídolos. Así se advirtió en un concierto (2.390 entradas agotadas) donde casi todas las estrofas fueron coreadas y las sillas fueron un atrezo prescindible. El espíritu bien pudo resumirlo ‘Carnaval’: “La solución / beberse tres tragos de ron / Y disfrutar / del carnaval toda la noche”. Volver a Barcelona era “un puto gusto”, proclamó Willy Bárcenas, porque esta es la ciudad “que vio nacer a Taburete”, recordó. “Y este es nuestro público de verdad”.

El grupo de amigos

Detrás de Bárcenas y de Antón Carreño (guitarra acústica y segunda voz), cinco músicos capaces de pasar del amago rocanrolero a la juguetona cadencia latina (‘Por lo que pueda pasar’), y de ahí a la épica sentida (‘2018’). Vistoso toque mariachi del trompetista Patxi Urtegui, en la misteriosa ‘Madame Ayahuasca’ y en uno de sus temas más eficaces y revoltosos, ‘México DF’. Canciones de estribillos muy marcados, resultones, y baladas a un paso de la parodia del cantante melódico, como en ‘Me voy’ (“a cantarte esta puta canción”). Un poco de psicoanálisis en ‘Me quedo conmigo’, el tema compartido con Marlon que publicaron en mayo. Y otra pieza reciente, ‘En mi cama’, que no es lo que parece, sino un manifiesto en el que Taburete se define como “un grupo de amigos que va dando vueltas por ahí”.

Bárcenas fue el colega, el tipo cercano y simpaticote, fiestero y tal vez un poco sátiro. Bajó a mezclarse con la audiencia y a hacer cantar a una niña el “la la la” de ‘Roto y elegante’. Taburete se presenta como un grupo normal, más allá de los currículos paternos, y lo cierto es que no hubo entre el público pancartas de apoyo moral ni banderas de Suiza (como había ocurrido en sus inicios), sí alguna de España, a juego con los cánticos futboleros (“campeones…”) que arreciaron tras el subidón de ‘La discoteca’. Furor causaron ‘Sirenas’, ‘Belerofón’, ‘Amos del piano bar’…, indicando que Taburete es, ya sí, un grupo normal, aunque lo que consiga en sus conciertos no lo sea tanto.

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