Festival de Cap Roig

The Corrs, una sofisticada nostalgia celta

El cuarteto de hermanos irlandeses abre el festival de Cap Roig recuperando la fórmula de pop con una dosis de folclore irlandés con la que marcaron la diferencia a finales de los 90 y principios de los años 2000

Andrea Corr durante el concierto con el que la banda irlandesa ha inaugurado la 24ª edición del Cap Roig Festival

Andrea Corr durante el concierto con el que la banda irlandesa ha inaugurado la 24ª edición del Cap Roig Festival / JOSÉ IRÚN / CAP ROIG FESTIVAL

Alba Carmona

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

«Somos tan jóvenes, somos tan jóvenes ahora y cuando llegue mañana volveremos a hacerlo» cantaba Andrea Corr en 'So young' cuando apenas superaba la veintena. Casi tres décadas después, como si la canción hablara realmente desde el ayer, o como si vivieran en una eterna juventud, The Corrs encendió este viernes la mecha del festival de Cap Roig con su sofisticado pop con flecos celtas, una receta que tiene ahora una pátina de nostalgia añadida, porque en los años 90 y primeros 2000 de su momento de gloria empiezan a quedar lejos para todos.

Si en su única visita previa al jardín botánico de Calella de Palafrugell, en el 2016, venían a presentar disco, 'White light', después de una década de silencio como banda, esta vez no cabía duda: lo más reciente que tiene el cuarteto es la reedición del recopilatorio 'Best of The Corrs' con tres nuevas canciones grabadas en homenaje a Christine McVie de Fleetwood Mac. Anoche la recordaron con Dreams.

Que el concierto fuese un generoso repaso a una discografía que suma más de 40 millones de discos vendidos con éxitos como 'Runaway' o 'Radio' no fue un lastre, al contrario. Los 2.442 espectadores que llenaban la grada en la fría noche inaugural de la 24ª edición del festival se entregaron hasta el delirio en la inicial 'Only when I sleep' y no pararon de cantar y golpear.

La vocalista recordó como un «placer» su primer paso por «un anfiteatro tan maravilloso», y se puso a todo el mundo en el bolsillo con un breve saludo en catalán.

Andrea, que no paró de saltironear; Sharon, que despuntó con los solos de violín; Caroline en la batería y Jim en los teclados y la guitarra hicieron revivir en la Costa Brava el tiempo en que su fórmula de pop contagiada con una pizca de folclore irlandés marcando la diferencia se comía el mundo.

Los de Dundalk interpretaron una veintena de sus canciones de siempre, como 'Give me a reason' o 'Forgiven, not forgotten', que dio nombre a su primer álbum. Como la corrua de éxitos que acumulan es larga, siguieron con 'Summer sunshine' y 'What can I do', sencillo del disco 'Talk on corners', el álbum con mayor peso en el repertorio.

'Don't say you love me' dio paso a la versión de 'Little wings' de Jimi Hendrix, la instrumental 'Joy of life' y la más reciente 'Ellis Island', que ondeó una bandera irlandesa en la platea. Con 'I never loved you anyway' marcaron el punto y seguido antes de los bises, que remataron con 'Breathless' y 'Toss the feathers', invocando las raíces una vez más.

A diferencia del concierto del miércoles en Marbella, el grupo no llevaba ninguna pantalla para proyectar videoclips antiguos. No habría sido un problema, porque han pasado cerca de treinta años desde el cenit del esplendor de The Corrs, pero los cuatro hermanos no han salido especialmente maltrechos, el tiempo les ha respetado.

A ellos, que parece que no hayan acabado de marcharse nunca, y sobre todo a su música, que demostraron que todavía es capaz de encaterinar a los fans como lo hacía en la remota era de las radiofórmulas y el MTV, cuando las plataformas no eran más que unos zapatos feos con alzas.