Entrevista

Mara Barros: "Lo que viví con Sabina en 15 años de giras fue un regalo"

"Mi último disco es un homenaje a la música popular de México, un país que siempre me ha abierto las puertas"

La cantante Mara Barros, en una foto promocional.

La cantante Mara Barros, en una foto promocional. / LNE

Diego Sánchez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La cantante onubense Mara Barros (1980) tiene una larga y versátil carrera musical a sus espaldas, pero con un hito de esos que a veces lo acaparan todo: lleva años siendo la corista habitual de Joaquín Sabina en sus giras. En Gijón, el próximo 16 de julio, en el Jardín Botánico, subirá al escenario para presentar su tercer disco en solitario. Titulado "Me nace del corazón", es toda una declaración de amor a México.

Barros saltó a la fama tras su irrupción en el programa "Pop Stars" y desde entonces ha trabajado en musicales, cortos... Es en 2009 cuando se estableció como corista del célebre cantautor de Úbeda (Jaén), quien precisamente acaba de anunciar su gira de despedida. En Gijón, de Barros se escucharán tanto las canciones de su nuevo disco como otros clásicos que han marcado su carrera musical hasta la fecha.

–¿Le gusta Asturias?

–Me encanta. Siempre que he venido, ya sea en solitario o con Sabina, lo he disfrutado mucho. Además soy una persona a la que le encanta comer. La suerte que tienen en Asturias, con la fabada o el cachopo… siempre que vengo lo disfruto mucho. Por no hablar del clima o las playas, que son espectaculares también, y sin abarrotar.

–¿De dónde le viene ese amor por la música?

–Creo que es genético. Era muy difícil que me fuese a dedicar a otra cosa. Mi padre se dedicó a nivel profesional, la música es parte de nuestra familia. He salido una mezcla un poco rara, ya que mi padre es uno de los mayores coleccionistas de los "Beatles" de Andalucía. También escuchábamos a muchos de los grandes grupos de la historia del rock, como los "Rolling". Luego estaba mi madre escuchando a Lola Flores, para hacer un poco de contraste. Casi en cuanto pude caminar me metió en clases de baile. Ambos me lo pusieron muy fácil y me incitaron en cierto sentido a formar parte del mundo del espectáculo.

–¿Le animaron ellos a meterse en el concurso "Pop Stars"? ¿Cómo fue su experiencia allí?

–Fue mi madre, en concreto, y se lo agradeceré siempre. Fue la etapa en la que habíamos vivido "Operación triunfo" y el éxito que tenía ese formato. No es que yo comulgara demasiado con los "talent shows", porque a veces pueden ser injustos, tanto para los concursantes como para el público. Pero sí me parecía una buena plataforma de exposición y una forma de acortar un poco el camino hacia la grabación de un disco, aunque yo ya tenía una trayectoria previa.

–¿Cómo pasa a trabajar con Joaquín Sabina?

–Me llamó estando yo en Huelva de vacaciones. Me quería para trabajar en su disco "Vinagre y rosas" como corista de estudio. En el momento de conocerle, en la comida para celebrar el final de la grabación, se me acercó y me preguntó si quería formar parte de la gira. Era algo que yo no me habría planteado jamás. Ya solo aparecer en uno de sus discos era algo increíble. Para mí, como fan, era un privilegio escuchar canciones de Sabina antes que nadie.

–¿Qué se siente al salir de gira con una figura como Sabina?

–Creo que no voy a volver a vivir jamás lo que he vivido con él estos últimos quince años. Joaquín llena la Bombonera con 50.000 almas cantando una misma canción, o consigue dejar de cantar y que haya un coro tan grande que acompañe. Además, se le suma que son giras muy cómodas porque Joaquín, por el tipo de voz que tiene, necesita más días de descanso entre concierto y concierto, y eso nos permite explorar y conocer a mucha gente. Es un regalo. Hay que añadir que yo iba a embellecer una voz tan particular como la de Joaquín, pero la responsabilidad era suya. Si yo desafinaba o tenía un mal día no pasaba nada, entonces no había tanta presión. Digamos que yo he sido parte de un engranaje maravilloso, pero el foco estaba encima de él. Todo esto se suma a que canto con el artista que más he admirado en toda mi vida.

–¿Qué opina de su retiro?

–Cuando anunció su última gira fue un conflicto interno de emociones. La primera reacción es la alegría inmensa de saber que vamos a volver a viajar juntos, de reencontrarnos con viejos amigos… Inmediatamente después fue la tristeza absoluta de saber que ya no podremos volver a ver en los grandes escenarios al mejor artista de este país. Pero, quién sabe, igual dentro de dos años hace algo pequeñito, y ojalá vuelva a contar conmigo. Casi cada día maldigo no haber nacido en los cincuenta y haberlo conocido antes. Pero bueno, no me puedo quejar por realizar mi sueño. No le pido más a la vida por miedo a que me castigue.

–¿Tiene ganas de reencontrarse con esos viejos amigos? ¿Su tercer disco es en parte un homenaje a sus amigos mexicanos?

Claro, es un homenaje a la música popular mexicana. Es un país que siempre me ha abierto las puertas. Ya desde que saqué mi segundo disco, una de las primeras presentaciones que hice fue en México, incluso antes que en Madrid. Con ese disco he llegado a visitar México en cinco ocasiones y con el mismo repertorio. Es un país que me ha acogido muy bien siempre, lo adoro. Me enamoró su cultura, sus colores, su gastronomía, el sentimiento que tienen ante la muerte de celebrarla como parte de la vida. Joaquín fue el que me descubrió a José Alfredo Jiménez. En esa quinta gira, en el avión de vuelta a casa, me di cuenta de que les debía algo. Pero yo soy intérprete, no soy autora. Es por eso que decidí llamar a algunos amigos para que me regalasen sus joyas y, de algún modo, hacerlas mías. También agarro algunas canciones ya existentes e intento hacerles un tributo.

–¿Se recibe del mismo modo el disco aquí que en México?

Quise huir del estereotipo del mariachi y de la ranchera clásica que conocemos. Hemos intentado variar el tempo, el género… Además, yo estaba empeñada en hacer un corrido en el disco. Es un género muy concreto, acompañado de mariachis, y mi productor no estaba convencido de hacerlo sin este acompañamiento. Pero él, que es muy sabio, se dio cuenta de la increíble conexión entre España y México y logramos ver que hay canciones populares como "La llorona" que tienen cabida en la cultura popular. No creo que huelan a México, pero sí reconocerán las canciones. Aun así, es verdad que yo me he sentido más apreciada, desgraciadamente, fuera de España que dentro. Tengo claro que es más complicado, pero quiero enamorar al público.

–¿Cuál es la canción que más disfruta en los conciertos?

Con Sabina lo tengo claro y es "Contigo". Quince años después sigo llorando cada vez que la tocamos. Es como una canción fetiche que me ha acompañado en varios momentos de mi vida. Por ejemplo, estaba incluida en unos de los musicales que hice, como parte del repertorio. Luego, mi chico, ya desde antes de conocerme, tenía esa versión del musical de politono. Yo no la canto como solista porque me parece que nadie lo hace como Joaquín. De las mías es muy complicado elegir. Puede ser "Sé", que me recuerda a la jovencita que soñaba, o "Volver, volver". "Y sin embargo, te quiero" también; es mi carta de presentación en los conciertos de Sabina.

Suscríbete para seguir leyendo