Crítica

Sopa de Cabra, la hermosa pero difícil madurez de la banda de rock’n’roll en Les Nits de Barcelona

El grupo de Girona mostró su cara más adulta y sobria, sin pasar por alto sus viejos éxitos rockeros, en un sólido concierto en los jardines de Pedralbes

Jordi Bianciotto

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Habrá que empezar a ver a Sopa de Cabra como una especie extraña de la escena, el grupo de rock que, desde su canon juvenil original, evoluciona hacia un sonido y unos textos adultos, que conserva el núcleo (cuarteto) de su formación clásica y que ofrece conciertos no circunscritos al ‘revival’ de los viejos éxitos, reflejando las sucesivas etapas de su andadura y descorchando canciones nuevas. Y en catalán. Piensen y verán que no abundan los casos como el suyo (tampoco en castellano). Maquinaria profesional y con sentimiento, esta, como pudimos constatar este jueves en los jardines de Pedralbes, festival Les Nits de Barcelona.

La banda de Girona eligió esta plaza para emprender la gira que conducirà a ‘Ànima’, su nuevo álbum, que publicará en noviembre y del que ya ha empezado a destapar canciones. Para abrir eligió las ya conocidas: la esbelta ‘Cercles’ (del álbum que formalizó su regreso en 2015), un par de citas a ‘Nou’ (de 1998, el disco más presente de la noche, con cinco temas) y la lejana ‘Per no dir res’.

Mensaje de luz

Gerard Quintana agradeció a los asistentes haber acudido tan “polits, macos i mudats” e hizo notar la ausencia de Cuco Lisicic, el bajista, convaleciente estos días de una insuficiencia renal y cuya plaza cubre temporalmente Miki Santamaria (de Doctor Prats). A Cuco mandó el mensaje de ‘Quan es faci fosc”, entendiendo, dijo, que es en la oscuridad donde más se puede percibir la luz.

Sopa de Cabra, en su perfil más sobrio y desarrollado, disfrutando del medio tiempo, del esplendor melódico y de las capas de guitarras y teclados: la poco menos que cuántica ‘Eix de rotació’, el ‘groove’ de ‘Hores bruixes’, el folio en blanco que brinda ‘Els teus somnis’. A no todo el mundo le pareció buena idea ese rumbo (“fot-li canya!”, gritó alguien), pero hacia ahí apuntaron también las dos canciones de estreno. La ‘folkie’ ‘Temps de sega’, con Beth Rodergas como invitada, y ‘Que et vagi bé’, a la que se sumó Triquell. Un rock temperado, cortante y suave contra maniqueísmos y enrocamientos: “No tot és negre o blanc / ni és grisa la sang / El món canvia de color / de manera constant”.

La ley compensatoria

Aunque el (breve) pasaje acústico removió las gradas con el clásico ‘Mai trobaràs’, los viejos números se amontonaron en el tramo final, y con todo su fragor rockero. Ahí sí que el otro asistente que pidió a Quintana que hicieran el favor de tocar “alguna que coneguem tots” pudo relamerse. De ‘El far del sud’ a ‘L’Empordà’, pasando por trofeos como ‘Si et quedes amb mi’ o ‘El boig de la ciutat’. Todos contentos. No siempre es fácil madurar para una banda de rock’n’roll.

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